Antes de convertirse en asesino mediático, Patrick Crusius seguramente calificaba como obrero de avanzada para la construcción del muro con México. Me refiero a la misma persona protagonista del tiroteo que dejó 22 muertos, seis de ellos mexicanos, en El Paso, Texas, este fin de semana. Es el octavo ataque de su tipo más mortífero en la historia de Estados Unidos.
Algo interesante aquí es que el asesino, o supuesto asesino, habría publicado previamente en Internet, a manera de tecnotestamento, un manifiesto titulado ‘Una verdad incómoda’, donde incurre en lamentaciones al uso, clamores victimistas y protestas contra la modernidad. Concretamente, además de a los hispanos, ataca a la política, a la automatización (léase a la sociedad de la información y las nuevas tecnologías), a las corporaciones, etc. Todo muy orgánico.
Recuérdese que fundamentalmente, aunque no solo, Donald Trump fue elegido por una masa crítica de votantes anti-inmigrantes que se sentían desplazados por el avance de una economía de accionistas, patentes y servicios cada vez más relacionada con la informática y la revolución digital, economía que para resultar asequible precisa de una imaginación, una voluntad y un emprendimiento lamentablemente no muy abundantes en dicha masa.
En lo fundamental, dicha masa no le temía o le teme tanto a los hispanos como a la competencia y a la complejidad... así de simple. Una actitud de alguna manera socialista por el otro extremo, nacionalsocialista, proteccionista, colectivista. Es delicado hablar de esto pero no se trata de despreciar a esta masa sino de comprenderla, de entender el fenómeno.
Lo cierto es que el aumento de los tiroteos, intentos de atentados terroristas, etc., de carácter ultranacionalista o supremacista, antiinmigrante o antihispano, o como se prefiera decir, es un hecho de 2017 para acá.
Crusius, el pistolero de El Paso, no sería más que un obrero de avanzada de un proyecto de atrincheramiento seudocultural cuyos antecedentes son conocidos. Pasó en Alemania. Ha pasado en muchos sitios inmediatamente a continuación de una crisis económica y su consecuentemente lenta recuperación. Y digo atrincheramiento seudocultural porque este pueblo combatiente, obrero, militante, campesino, etc., parece no comprender que la cultura estadounidense es multicultural en sí misma; agrícola, tradicional, conservadora, sí, pero también costera, urbana, cosmopolita, libertaria, y no puede encerrársele en un marco de referencia tan reducido.
Verdad que ellos, los del proyecto de atrincheramiento, viven su propia realidad paralela estadounidense, realidad tal vez regionalista, simplona, corta de miras, como se prefiera, pero la suya. Estados Unidos es muchos Estados Unidos, sí… mas esos muchos pasan de largo por esta realidad en su trinchera, como trenes en la noche. En la Sociedad del Disparate no importa tanto el contenido del paquete como agitar el paquete. Y que haga bastante ruido.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en:
Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.