Denuncian en Cienfuegos la inexistencia de piezas de repuesto en los talleres del estado

Cada vez son menos las resistencias, juntas o termostatos que hay en los talleres de reparaciones.

Talleres de electrodomésticos en Cienfuegos © 5 de Septiembre
Talleres de electrodomésticos en Cienfuegos Foto © 5 de Septiembre

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Este artículo es de hace 5 años

La escasez de partes y piezas de repuesto para los equipos vendidos como parte de la llamada Revolución Energética que llevó a cabo Fidel Castro, está lejos de solucionarse o encontrar un paliativo y por el contrario se agudiza en el país. Cada vez son menos las resistencias, juntas o termostatos de que se dispone en los “consolidados”, como popularmente se les conoce a los talleres de reparaciones.

En Cienfuegos la situación es particularmente compleja en este minuto, tal y como refiere el semanario 5 de Septiembre, que en su reportaje titulado “¿Y las piezas pa’ cuando?” contrapone las declaraciones ofrecidas por los directivos de la provincia con el sentir popular y la realidad que hoy se vive en los talleres.


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Arreglo de electrodomésticos en Cienfuegos / 5 de Septiembre

El rotativo cienfueguero llega a ver como una solución malograda la revolución energética en sí misma: “Lo que comenzó como la solución a un problema crítico, en poco tiempo se convirtió en una traba. Si bien se buscaba bienestar y calidad de vida para la población, hoy, y desde hace cerca de diez años, esos factores se han visto truncados por el desabastecimiento de piezas para la renovación de tan importantes equipos”, sentenció 5 de septiembre.

Según algunos administrativos como Melba Baffi Durán, quien está al frente de la Empresa de Servicios Técnicos, Personales y del Hogar (ESTPH) en Cienfuegos, el panorama no es de total desabastecimiento.

“En los últimos tres meses se han reorganizado los inventarios de los talleres en toda la provincia, dejando más o menos la misma cantidad de accesorios en cada uno de ellos, o moviendo de uno a otro los demandados por la población en determinado municipio o barrio; siempre dentro de las posibilidades, no podemos sacarlos de la nada. Los técnicos tratan de trabajar y resolverle al cliente con lo que tenemos”, explicó.

Explicó que entre los casos más complejos se encuentra el de las resistencias para hornillas, con las cuales “la demanda sigue siendo mayor que la oferta”.

Sin embargo, los clientes se quejan de que no solamente se trata de un problema de disponibilidad sino también de descontrol: “Unas piezas porque no están, y otras porque cuando vienen, no alcanzan. Esto incrementa el número de casos pendientes a solucionar, necesitamos una respuesta”, indicaron algunos entrevistados.

Tras el recorrido de los periodistas por diferentes talleres de la cabecera provincial se encontraron con un panorama realmente complejo: “Aquí lo único que tenemos son hélices para ventiladores”, indicó un técnico del Taller de Pueblo Griffo, a la vez que aseguró que no tenía esperanzas de que entraran nuevas piezas.

En el establecimiento de Santa Cruz, la situación no difiere demasiado, aunque aquí tenían en existencia dos accesorios para las ollas multipropósitos además de las mencionadas hélices. Allí el pueblo, otra vez, dio su parecer: “Si bien llegan pocas, del tipo que sean, no las vemos, no nos enteramos; y si accedemos a ellas, es luego de una inmensa cola y ‘matazón’, para que solo unos pocos puedan tenerlas, al menos oficialmente”.

Y les asisten razones, ya que es posible encontrar en el mercado informal y a sobreprecio aquellos componentes esenciales que en los talleres escasean: “Si existe un control sobre ello, no lo sé. El caso es que, además de que entran pocas, luego de que se acaban, te las encuentras por la calle a precios exorbitantes. Nadie sabe de dónde salen estas”.

El tráfico y desvío de las pocas piezas de repuesto que hoy entran a los talleres es una verdad incuestionable, aún cuando los directivos traten de negarlo. “La directora de la ESTPH en Cienfuegos se lava las manos ante la presunción del delito, señalando que en caso de que éste exista son varios los responsables.

“Una vez que llegan a la cabecera provincial, se manda la cantidad correspondiente a cada municipio, en consonancia con el número de habitantes. Así, el administrador del taller, de conjunto con la presidencia del gobierno, priorizan a los discapacitados y asistidos socialmente, para luego enviar una cantidad equitativa a cada asentamiento. Si existe la desviación de esos recursos, son varios los responsables”, indicó al semanario.

La directiva mintió respecto a servicios que los propios entrevistados se encargaron de refutar: “Cada uno de nuestros técnicos tiene la tarea de visitar al menos ocho casas a diario, con el objetivo de detectar y tratar de dar solución a problemas con cualquiera de los efectos electrodomésticos presentes en cada hogar”, dijo.

“¿Que si algún técnico ha visitado mi casa para ver si tengo algo roto?, no, nunca”. “No, aquí no ha venido nadie”. “Si mi esposo o yo no vamos al taller, nada de nada; de hecho, no sabía que eso era así”. “¿De verdad?, pues miren, que no pasa..., ¡si a veces vas a la bodega, donde se supone que esté el técnico, y no lo encuentras!” fueron algunas de las respuestas dadas por los vecinos de Pueblo Griffo y Junco Sur, al equipo reporteril del 5 de Septiembre.

Si bien la situación más compleja se aprecia con los equipos de cocción de alimentos, otros electrodomésticos se encuentran prácticamente desahuciados ante la escasez de piezas y componentes. “Uno de los técnicos del taller de refrigeración menciona que hace mucho tiempo que no reciben gas para reparar refrigeradores o aires acondicionados, ni juntas para los propios refrigeradores”, señaló el periódico cienfueguero.

La inmensa mayoría de las reparaciones depende de importaciones que dejaron de realizarse desde China y otras naciones. Luego, aunque algunas de esas piezas comenzaron a producirse en la isla, las producciones nacionales no tienen la misma calidad y tampoco permiten hacer frente a las largas listas de clientes que esperan en su casa por la reparación de aquellos equipos para los que un día el gobierno prometió que siempre tendría piezas.

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