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El General de Brigada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), médico guerrillero, alcalde de La Habana por una década y ex embajador en Londres, Oscar Fernández Mel, falleció este domingo en La Habana a los 88 años.
Según fuentes familiares consultadas por CiberCuba, Fernández Mel falleció en horas de la tarde del domingo luego de permanecer ingresado por una semana en cuidados especiales en el CIMEQ, en La Habana, a causa de un trombolismo pulmonar.
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Nacido el 24 de marzo de 1931 en Colón, provincia de Matanzas, era el menor de cinco hijos de un matrimonio de inmigrantes gallegos. Sus padres regresaron a España un año después del nacimiento de Oscar, quien vivió su infancia en Galicia hasta 1937. El apellido manterno Mel se ha escrito indistintamente también como Mell.
Se incorporó al Ejército Rebelde en 1957, tras graduarse de Medicina en la Universidad de La Habana. Sus funciones de médico en la guerrilla no le impidió combatir bajo las órdenes de Ernesto “Che” Guevara en la Columna No. 8 y luego en el III Frente "Mario Muñoz", obteniendo los grados de comandante. En 1959, fue designado jefe de los Servicios Médicos de las FAR.
El militar participó en las acciones de Playa Girón y fue el responsable de la captura de Manuel Francisco Artime Buesa, un antiguo miembro del ejército de Fidel Castro y más tarde líder de las fuerzas terrestres en la fallida invasión de abril de 1961.
Fernández Mel se convirtió en un amigo de máxima confianza del Che, acompañándolo en su fracasada operación guerrillera en el Congo, donde fue nombrado Jefe del Estado Mayor del contingente cubano. Incluso, estaba a su lado en Kibamba, cerca del lago Tanganika, cuando el argentino recibió la noticia de que Fidel Castro había leído su carta de despedida durante la constitución del nuevo Partido Comunista y su Comité Central, en octubre de 1965.
El Che comentó después en su diario que esa lectura de despedida lo separó de la tropa. En una entrevista de 2016, Fernández Mel confesó que al conocerse la noticia "la gente veía como que él [Che Guevara] ya no tenía regreso, que se iba definitivamente".
A la par, el Che fue padrino en 1963 de su boda con Odalys Fuentes, una famosa modelo de la cerveza Hatuey y actriz cubana de los años 50, con quien tuvo tres hijos: Oscar, María Carla y Oscar Ernesto. El matrimonio se divorció en la década de los 80.
También se ha hecho mención de que Fernández Mel fue quien le presentó a Aleida March al Che en un campamento del Escambray, en 1958. March fue la segunda esposa de Guevara, con quien tuvo cuatro hijos.
Tras la aventura africana, Fernández Mel regresó a Cuba y desempeñó funciones como vicejefe del Estado Mayor General de las FAR y estuvo entre los fundadores del Ejército Juvenil del Trabajo (EJT), donde formó la unión de la Columna Juvenil del Centenario para misiones especiales de trabajo a lo largo del país. Luego ocupó la dirección de la alcaldía de La Habana (jefe del gobierno provincial) entre 1976 y 1986, donde fue uno de los principales impulsores del proyecto -nunca realizado- de desarrollar un metro en la capital del país.
El sistema subterráneo tenía como objetivo trasladar a 3.5 millones de personas diariamente. Incluso, se llegó a hacer el estudio -con la ayuda de asesores soviéticos de la entonces Leningrado- de una línea completa, con estaciones de pasajeros y análisis de suelos, que arrancaba desde los talleres de Naranjito, al sur de la ciudad, pasando por el Vedado, y terminaba en La Habana Vieja. Fernández Mel pensaba que un metro era la solución para los interminables problemas del transporte en la capital cubana.
En 1988, siendo embajador en Londres, fue expulsado del Reino Unido junto al tercer secretario del cuerpo diplomático, Carlos Manuel Medina Pérez, luego de que el funcionario abriera fuego en una concurrida calle de Bayswather contra el ex oficial de inteligencia Florentino Aspillaga Lombard, desertor de su misión en Europa.
Aspillaga había abandonado la embajada cubana en Praga, Checoslovaquia, en junio de 1987 "para ponerse al servicio de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos", según el régimen de la Isla.
Las versiones de los hechos -aún hoy en día- son contradictorias. Supuestamente, Aspillaga iba a ayudar a desertar a Medina Pérez; sin embargo, el Gobierno cubano culpó de los sucesos al disidente y a la inteligencia británica. De acuerdo con las declaraciones emitidas en aquel entonces por el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) de Cuba, Aspillaga había intentado obligar -a la fuerza- a desertar al funcionario. Y por tanto, en respuesta, Medina “sacó la pistola que llevaba y disparó contra el traidor”.
Sin embargo, el incidente creo malestar entre funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), pues el operativo de la Seguridad del Estado en Londres se había realizado sin el conocimiento previo del embajador cubano,
A pesar del escándalo internacional que suscitaron los hechos, Fernández Mel fue designado nuevamente embajador por Fidel Castro, esta vez en Helsinki, Finlandia.
Su distanciamiento de la cúpula del poder se produjo a raíz de la detención y condena de su hijo mayor, Oscar, quien fue arrestado en un operativo realizado en las tiendas del INTUR. Oscar Fernández Fuentes emigró a Estados Unidos, donde reside actualmente.
Sus hijos María Carla y Oscar Ernesto tienen negocios en Ciudad de Panamá.
A mediados de 2008 fue nombrado “hijo ilustre de Galicia”, comunidad donde permaneció por largos períodos en sus últimos años de retiro, alternando estancias en La Habana. Durante su niñez, Fernández Mel casi siete años en Lugo, un poblado entre Bretoña, pueblo de donde eran naturales sus padres, y Mondoñedo.
Este lunes, luego de más de 60 años de trabajo con el proceso revolucionario, medios oficialistas dedicaron escasos renglones al combatiente desaparecido.
A petición familiar, sus restos fueron cremados. Más de un centenar de personalidades y antiguos combatientes le rindieron homenaje este lunes en el Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en el Cementerio de Colón, en La Habana. Ofrendas florales de Raúl Castro y el presidente Miguel Díaz-Canel se sumaron al tributo.
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