El mercado de Galerías Paseo, y en especial la cola del pollo, parece zona de desastre

Una de las tiendas mejor estructuradas y más nuevas de La Habana tiene la peor apariencia imaginable.


Este artículo es de hace 5 años

Ubicada en la esquina de intersección entre la Calle 1ra y Avenida Paseo, en El Vedado, el Centro Comercial llamado Galerías Paseo ocupa uno de esos espacios capitalinos privilegiados. Desde su interior, a través de sus paredes acristaladas, pueden verse el Malecón, la Fuente de la Juventud, y Paseo, los hoteles Cohíba y Habana Riviera, pero el glamour de la zona no impide el estado de depauperación de estos almacenes.

El Mercado de Galerías Paseo es uno de los pocos espacios habaneros donde todavía sacan, con cierta regularidad, estuches de nailon con pollo, muslos y contra muslos y, a veces, incluso pechuga. Para comprarlos, se forma una cola de horas al fondo de una tienda cerrada herméticamente y sin aire acondicionado.


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Pero el calor y las molestias de la espera son similares a las de cualquier otro mercado grande, como 3ra y 70 o el Centro Comercial de Carlos III. Lo que agrava la incomodidad en Galerías Paseo es que los estrechos pasillos están repletos de estibas de mercancía, y los vendedores, subidos en escaleras, también dificultan el paso cuando colocan, durante horas, las mismas mercancías en los anaqueles.

A tales inconvenientes se añade el estado lamentable de la instalación, que pareciera estar inmersa en una reestructuración invisible o lentísima. Las numerosas neveras horizontales, que se agrupan al fondo del mercado, están completamente vacías, sucias, a veces malolientes y con los productos rotos o con deficiente refrigeración.

Varios de los refrigeradores verticales ya no tienen paredes laterales, de modo que por ejemplo el yogurt pierde frío, o hay que meterse prácticamente dentro del aparato para buscar dónde decidieron ponerlo los vendedores.

Además, no todos los productos se pagan en todas las cajas, y los dependientes suponen que el público tiene que conocer esa información.

Para colmo, a la salida, hay solo dos cajas trabajando, y cuando una cajera tiene que ir al baño, o a almorzar, “porque es un ser humano”, funciona solo una para decenas de clientes ansiosos.

Los pisos y techos del Mercado, en Galerías Paseo, se suman al ambiente deprimente del conjunto. Faltan muchísimas lozas y placas del falso techo, de modo que cuelga la cablería entre los huecos cual si se tratara de guirnaldas navideñas oscuras y peligrosas.

Así, la tienda adquiere, en general, un aspecto parecido al de las zonas de desastre, después que pasó un ciclón, y si los clientes pueden comprender las razones del desabastecimiento, nunca debieran admitir los argumentos del abandono, la chapucería, el mal trato y la desidia.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.


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