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Tapachula (México), 6 abr (EFE).- Los miles de migrantes de diversas nacionalidades que esperan con ansia un salvoconducto que les permita cruzar México rumbo a Estados Unidos no temen al presidente Donald Trump y viven ajenos a las duras declaraciones del mandatario estadounidense.
Yres Mary Pierre, un traductor haitiano de inglés y francés, dijo a Efe que tiene 17 días en la ciudad mexicana de Tapachula, estado suroriental de Chiapas, a la espera del salvoconducto de las autoridades migratorias.
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"Yo vengo de Haití, entonces yo tengo casi un mes en esta travesía por el salvoconducto. Ya llevo casi 17 días acá viviendo en la plaza y pienso que el presidente de Estados Unidos, bueno, él no puede mandar en México (...). El que manda aquí es el Gobierno de México, no Estados Unidos", manifestó.
Añadió que tiene familia en Estados Unidos. "Me encanta México, pero quiero llegar allá", sostiene.
Por su parte Denis Hernández Barón, un migrante cubano, se encadenó frente a la estación migratoria Siglo XXI en protesta porque el Instituto Nacional de Migración los tiene esperando sin que avance su trámite para obtener el salvoconducto.
"Que nos den nuestros oficios de salida. No tenemos nada, no se sabe nada, no sale la respuesta; un silencio que no se comprende", declaró.
Consideró que la política de frenar la migración "está llevando a la humanidad al más alto extremo", y criticó el retraso de las autoridades mexicanas para permitirles seguir su camino: "Estamos en el precipicio, no se da respuesta. N es justa la decisión que está tomando".
"No sé a quién apoya el Gobierno mexicano. Sólo sé que (el presidente de México) Andrés Manuel López Obrador dijo que no iba a detener la migración. Está faltando a su palabra como presidente, como ser humano. Ante todo esta es una presión para que migrantes entren en desesperación, regresen a su país, para detener la migración", añadió.
Asimismo, señaló que todos los seres humanos tienen derecho a la migración.
"Está plasmado en muchas leyes. Que (López Obrador) se siente por un segundo, que se ponga esta cadena para que él sienta estar así", dijo, y añadió que entre los migrantes varados "hay mujeres embarazadas; no comen, no se bañan".
"Por favor, todos los mexicanos entiendan a los migrantes. Esto es un derecho que tenemos hoy los seres humanos", puntualizó.
En tanto, las autoridades migratorias de México empezaron a repatriar desde el jueves a migrantes de varias nacionalidades que se encontraban varados en las estaciones migratorias de Tapachula, en la frontera sur del país.
El sueño americano se ha visto frustrado para más de 200 migrantes que han sido deportados a sus países, mientras más de 500 africanos y asiáticos esperan afuera de la estación Siglo XXI a la espera de ser atendidos por el Instituto Nacional de Migración.
Otro 2.476 migrantes aguardan en el municipio fronterizo de Mapastepec, también en Chiapas.
La primer deportación se efectuó el jueves con 71 migrantes haitianos que partieron a bordo de cuatro autobuses de la estación Siglo XXI para ser trasladados al aeropuerto internacional de Tapachula, de donde horas después fueron repatriados a Haití en un vuelo de la Policía Federal.
Lo mismo ocurrió con más de 100 centroamericanos que, a bordo de cinco autobuses, también fueron trasladados de la estación migratoria a un albergue para ser deportados.
Mientras que ayer partió del aeropuerto de Tapachula otro vuelo de la Policía Federal con 60 cubanos deportados.
Después del cruce de varias caravanas de migrantes centroamericanos que han ingresado a este lado de la frontera desde octubre del año pasado, con la llegada de los migrantes extracontinentales este se convierte en el éxodo más numeroso que arriba a la ciudad fronteriza de Tapachula.
Este viernes, el presidente de EE.UU., Donald Trump, amenazó con sancionar a México debido al narcotráfico y arremetió contra el sistema de asilo en su país, hasta el punto de pedir a sus agentes migratorios que nieguen la entrada a los indocumentados que solicitan refugio en la frontera.
En una visita a la zona limítrofe de California, Trump solicitó cerrar la puerta a los cientos de inmigrantes, muchos de ellos centroamericanos, que cada día llegan a la frontera y dicen tener miedo de ser perseguidos en sus países, con la esperanza de obtener asilo en EE.UU.
"El sistema está lleno, no podemos aceptarles ya, ya sea por asilo o lo que sea que quieren (los indocumentados). Lo siento, pero (que) den la vuelta", afirmó Trump durante un acto con agentes de la Patrulla Fronteriza y otras autoridades en El Centro (California).
"Ustedes no pueden aceptarles. Que vuelvan a México, y México les devolverá a su país", aconsejó Trump a los agentes.
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