En Cuba hablar de longevidad es abordar un tema de "estado", la Asociación Médica del Caribe tiene una asociación que agrupa la mayoría de sus casi 2.600 centenarios, conocido por el Club de los 120 Años y que en su momento fue promovido por el propio Fidel Castro.
El Club fue fundado en 2003 por el doctor Eugenio Selman-Housein, quien fuera jefe del equipo que en esa época atendía al entonces presidente cubano. El club tiene como propósitos ayudar a sus miembros a alcanzar la edad de 120 años con una calidad de vida satisfactoria gracias a los consejos y prácticas que reciben de los expertos en longevidad del país.
El Centro de Investigaciones sobre Longevidad, Envejecimiento y Salud (CITED), ubicado en Hospital Calixto García, es su institución rectora y allí se llevan a cabo investigaciones y se mantiene un control estricto sobre los más mayores.
Allí acuden a consultas y son atendidas por especialistas de geriatría de alto nivel científico. Los pacientes reciben un trato muy diferente al que tiene un médico con un paciente clásico en los consultorios médicos. Las doctoras tratan a los mayores como adultos y no son inflexibles con los hábitos que deben llevar a estas alturas. El tratamiento es “integral” y no se centran únicamente en el problema concreto.
Por estudios realizados se cree que las claves de la longevidad cubana tienen múltiples razones que no sólo coinciden con el sistema de salud cubano, como se ha hecho creer.
Buena parte de los ahora mayores han vivido guerras y sufrieron las penurias del llamado Periodo Especial, la grave crisis económica que vino después del derrumbe de la Unión Soviética a principios de los noventa, en la que objetivamente se pasó hambre en Cuba, la genética también es importante.
Uno de los factores es la vitalidad con la que la gente vive en el país y el hecho de que haya muchos hábitos saludables arraigados en las costumbres del país, el acceso a alimentos orgánicos con pocos preservantes así como la actividad física (en general esta población ha caminado y sigue caminando mucho y hubo muchos años en que el principal medio de transporte fue la bicicleta) y es importante también la gran sociabilidad.
Según estos estudios la solidaridad es también importante para la longevidad. Así se pueden entender que con pensiones máximas de 15 dólares al mes, las redes familiares y vecinales aligeren lo duro de hacerse mayor en Cuba.
En la capital es muy común que los vecinos, de manera inconsciente, se preocupen por saber cómo están los miembros de su edificio y, en caso de haber personas mayores solas, les traigan comida, los acompañen al médico o les hagan compañía de vez en cuando.
Los ancianos que no cuentan con estas redes de apoyo, sin embargo, se ven obligados a realizar trabajos sencillos como vendedores de periódico, parqueadores, colectadores de material reciclable, entre otros, pese a sus muy avanzadas edades.
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