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El Gobierno de Estados Unidos criticó que el referendo celebrado el domingo en Cuba solo pretenda "perpetuar" la dictadura comunista.
El Departamento de Estado definió, a través de un comunicado, que todo el proceso de la reforma constitucional fue un "teatro político" que estuvo marcado por la "represión del debate público".
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Washington lamentó que la nueva Constitución mantenga al Partido Comunista como el "único partido político legal", al mismo tiempo que mantiene "irrevocable" el sistema socialista.
Para la administración estadounidense la Carta Maga permite que se bloquee la posibilidad de "una reforma económica desesperadamente necesaria".
Según datos de la Comisión Electoral, cerca de un millón de personas (1.032.174) acudieron a las urnas el domingo pero no votaron a favor del sí. De esta forma, 706.400 marcaron la casilla del no en la boleta; 198.764 la dejaron en blanco y 127.100 votos fueron anulados.
A este millón de cubanos que fue a votar pero no apoyó el sí, hay que sumar los que se abstuvieron y no acudieron a los colegios electorales. Estos últimos ascienden a 1.449.934, que sale de restar al número de ciudadanos con derecho a voto, el dato de los ciudadanos que votaron el domingo.
A continuación reproducimos de forma íntegra el comunicado:
El 24 de febrero, el régimen comunista cubano celebró lo que llamó un "referéndum nacional" sobre las revisiones a su constitución. Nadie debe dejarse engañar por este ejercicio, que logra poco más que perpetuar el pretexto de la dictadura de partido único del régimen. Todo el proceso ha estado marcado por un teatro político cuidadosamente gestionado y la represión del debate público.
La nueva constitución afirma principalmente el papel del Partido Comunista como el único partido político legal y decreta al sistema socialista "irrevocable", bloqueando la posibilidad de una reforma económica desesperadamente necesaria. Este documento tampoco garantiza al pueblo cubano sus libertades fundamentales.
Si bien el régimen afirma que la votación del domingo fue democrática, las autoridades cubanas hostigaron y detuvieron a decenas de observadores y manifestantes pacíficos, confiscando teléfonos y dispositivos. A principios de este mes, más de 120 activistas iniciaron una huelga de hambre para enviar un mensaje al régimen de que los cubanos rechazan estas tácticas opresivas. Condenamos enérgicamente estos intentos de silenciar las protestas pacíficas, que muestran que los líderes de Cuba temen al pueblo cubano.
Estados Unidos sigue apoyando a los cubanos que han sufrido durante 60 años el fallido sistema político y la mala gestión económica de la revolución. Creemos que la historia está del lado de los valientes cubanos, y que este hemisferio es una región donde la democracia, la libertad y la dignidad humana reinan. Instamos a las democracias del mundo a unirse a nosotros para apoyar al pueblo de Cuba y sus llamamientos pacíficos a la reforma democrática.
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