El mundo se enfrenta a múltiples retos de salud. Estos van desde brotes de enfermedades prevenibles por medio de la vacunación como el sarampión y la difteria, el aumento de los microbios resistentes a los medicamentos, el aumento de las tasas de obesidad y la inactividad física hasta los efectos en la salud de la contaminación ambiental y el cambio climático y las múltiples crisis humanitarias.
Para hacer frente a estas y otras amenazas, en el año 2019 se dará inicio al nuevo plan estratégico quinquenal de la Organización Mundial de la Salud, conocido como el 13º Programa General de Trabajo.
Este plan tienen como objetivo invertir tres mil millones de dólares para asegurar que 1.000 millones más de personas se beneficien del acceso a la cobertura de salud universal, que 1.000 millones más de personas estén protegidas frente a las emergencias de salud y que 1.000 millones más disfruten de mejor salud y bienestar. Alcanzar este objetivo requerirá abordar las amenazas a la salud desde diversos ángulos.
Aquí presentamos 10 de los muchos problemas que demandarán atención de la OMS y de sus socios en el 2019.
1. Contaminación del ambiental y cambio climático. Nueve de cada diez personas respiran aire contaminado todos los días. En 2019, la OMS considera que la contaminación del aire es el mayor riesgo ambiental para la salud. Los contaminantes microscópicos en el aire pueden penetrar en el aparato respiratorio y circulatorio, dañando los pulmones, el corazón y el cerebro.
Entre 2030 y 2050, se espera que el cambio climático cause 250 000 muertes adicionales por año, como consecuencia de la desnutrición, la malaria, la diarrea y el estrés por calor. Este año, la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Clima, en septiembre, tendrá como objetivo fortalecer la acción y la ambición climáticas en todo el mundo. Incluso, si se logran todos los compromisos asumidos por los países para el Acuerdo de París, el mundo aún está en vías de calentarse más de 3 ° C en este siglo.
2. Enfermedades no transmisibles, Obesidad. Las enfermedades no transmisibles, como la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardíacas, son responsables colectivamente de más del 70 % de todas las muertes en el mundo, es decir, 41 millones de personas; de ellas 15 millones mueren prematuramente, con edades entre 30 y 69 años. Más del 85 % de estas muertes prematuras se producen en países de ingresos bajos y medios. El aumento de estas enfermedades se debe a cinco factores de riesgo: el consumo de tabaco, el sedentarismo, el consumo de alcohol, las dietas poco saludables y la contaminación del aire.
Uno de los objetivos globales de este año es reducir la inactividad física en un 15 % para 2030, a través de acciones tales como implementar el kit de herramientas de política ACTIVA para ayudar a que más personas estén activas todos los días.
3. Pandemia global de influenza. El mundo se enfrentará a otra pandemia de influenza, lo que no sabemos es cuándo llegará y cuán grave será. La OMS supervisa constantemente la circulación de los virus de la influenza para detectar posibles cepas pandémicas. Cada año, la OMS recomienda qué cepas deben incluirse en la vacuna contra la gripe para proteger a las personas de la gripe estacional.
4. Entornos frágiles y vulnerables. Emergencias. Más de 1.600 millones de personas (22 % de la población mundial) viven en lugares donde por diversas razones no hay acceso a la atención básica. Los entornos frágiles existen en casi todas las regiones del mundo. Hay que fortalecer los sistemas de salud a fin de que estén mejor preparados para detectar y responder los brotes, así como para brindar servicios de salud de alta calidad, incluyendo la vacunación.
5. Resistencia antimicrobiana. El desarrollo de antibióticos, antivirales y antimaláricos ha sido uno de los mayores éxitos de la medicina moderna. No obstante, la resistencia a los antimicrobianos (la capacidad de las bacterias, parásitos, virus y hongos para resistir estos medicamentos) amenaza con que volvamos al tiempo en que no pudimos tratar fácilmente infecciones como la neumonía, la tuberculosis, la gonorrea y la salmonelosis. La incapacidad para prevenir infecciones podría comprometer seriamente la cirugía y procedimientos como la quimioterapia.
La resistencia a los medicamentos está impulsada por el uso excesivo de antimicrobianos en las personas, pero también en los animales, especialmente en aquellos que se utilizan para la producción de alimentos, así como en el medio ambiente. Se desarrolla un plan de acción global para abordar la resistencia a los antimicrobianos aumentando la conciencia y el conocimiento, reduciendo la infección y fomentando el uso prudente de los antimicrobianos.
6. Ébola y otros patógenos de alta amenaza. En 2018, la República Democrática del Congo reportó dos brotes diferentes de ébola, que se extendieron a ciudades de más de 1 millón de personas. En una conferencia sobre preparación para emergencias de salud pública celebrada el pasado mes de diciembre, participantes de los sectores de salud pública, sanidad animal, transporte y turismo se centraron en los crecientes desafíos de abordar los brotes y las emergencias de salud en las zonas urbanas. Pidieron a la OMS y sus socios que designen 2019 como el “Año de acción en la preparación para emergencias de salud”.
Las enfermedades que pueden causar emergencias son: ébola, varias otras fiebres hemorrágicas, Zika, Nipah, coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y la enfermedad X, que representa la necesidad de prepararse para un desconocido. Patógeno que podría causar una grave epidemia.
7. Atención primaria de salud deficiente. La atención primaria de salud suele ser el primer punto de contacto que tienen las personas con su sistema de atención médica, y lo ideal es que brinden una atención integral, asequible y basada en la comunidad durante toda la vida. La atención primaria de salud puede satisfacer la mayoría de las necesidades de salud de una persona en el curso de su vida. Los sistemas de salud con una fuerte atención primaria de salud son necesarios para lograr la cobertura universal de salud.
8. Rechazo a la vacunación. El rechazo a la vacuna amenaza con revertir el progreso alcanzado en la lucha contra las enfermedades prevenibles por vacunación. La vacunación es una de las formas más rentables de evitar enfermedades: actualmente previene de 2 a 3 millones de muertes por año y podrían evitarse otros 1,5 millones si se mejorara la cobertura mundial de personas vacunadas.
El sarampión, por ejemplo, ha visto un aumento del 30 % a nivel mundial. Las razones de este aumento son complejas, y no todos estos casos se deben al rechazo a la vacuna. Incluso algunos países que estaban cerca de eliminar la enfermedad han visto un resurgimiento. En 2019, la OMS incrementará el trabajo para eliminar el cáncer cervical en todo el mundo al aumentar la cobertura de la vacuna contra el virus del papiloma humano, VPH, entre otras intervenciones. 2019 también puede ser el año en que se detenga la transmisión del poliovirus salvaje en Afganistán y Pakistán. El año pasado, se reportaron menos de 30 casos en ambos países.
9. Dengue. El dengue, que es una enfermedad transmitida por mosquitos y que causa síntomas similares a la gripe, puede ser letal y matar hasta el 20 % de las personas con dengue grave. La enfermedad ha sido una amenaza creciente durante décadas. Se estima que el 40 % del área mundial está en riesgo de contraer dengue y que al año se producen alrededor de 390 millones de infecciones. La OMS espera reducir las muertes en un 50% para 2020.
10. VIH. El progreso logrado contra el VIH ha sido enorme en cuanto a que las personas se realicen las pruebas, les proporcionen antirretrovirales (22 millones están en tratamiento) y el acceso a medidas preventivas, como una profilaxis previa a la exposición (PrEP, que es cuando las personas en riesgo de VIH toman antirretrovirales para prevenir la infección). Sin embargo, la epidemia sigue causando problemas y casi un millón de personas mueren cada año de VIH/sida. Desde el comienzo de la epidemia, más de 70 millones de personas han contraído la infección y alrededor de 35 millones de personas han muerto. Hoy en día, alrededor de 37 millones en todo el mundo viven con el VIH.
Este año, la OMS trabajará con los países para apoyar la introducción de la autoevaluación para que más personas que viven con el VIH conozcan su estado y puedan recibir tratamiento (o medidas preventivas en el caso de un resultado negativo).
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