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Entre “especialidades anémicas”, otras que no quieren estudiar quienes egresan de las universidades, y profesionales que pasan más tiempo de misión que en Cuba, así anda la realidad que se vive hoy en el oriente de la isla: menos médicos especialistas en los centros asistencias en comparación con años atrás, una situación que daña la calidad de la atención a los pacientes.
Largas colas para ver a los especialistas, turnos con un mes y hasta dos de demora, consultas que desaparecen o se trasladan de centros, y servicios que se agrupan y compactan en policlínicos que cada vez atienden a más población, es el día a día de quienes acuden a las instalaciones de la salud pública y se topan con la sorpresa de que no hay especialistas o verlos se hace una tarea bien engorrosa.
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“Gastroenterología, patología, radiología, neurología, endocrinología, angiología… son algunas de las llamadas 'especialidades anémicas' porque nadie las quiere estudiar, o son muy difíciles o no son las más atractivas, o son de las que menos viajan” comenta un médico santiaguero radicado en Guantánamo, y que prefiere permanecer en el anonimato, pero que da detalles esclarecedores de por qué en los hospitales cada día hay menos especialistas en Cuba.
Y continúa diciendo “pero lo peor no es que existan esas especialidades que sean pocos atractivas, pues al fin y al cabo siempre las habrá, sino que hoy las políticas del gobierno de facilitar o conducir a que los futuros galenos se inclinen más por la especialidad MGI ha hecho que, efectivamente, esta sea la preferida, pero no porque amen atender en las comunidades, sino que son las más fáciles para viajar, y cuando lo hacen, muchos no regresan. Esa es la gran verdad de por qué no hay especialistas en Cuba, todos quieren una sola cosa: viajar, y nadie los puede culpar, todos queremos vivir mejor, y antes de ser médicos, somos personas”.
Perfectamente una persona hoy busca la solución a una enfermedad, por ejemplo una bronconeumonía o un hongo en la piel, y puede pasar por varios especialistas, pues lo más usual es que en medio de un tratamiento estos galenos viajen.
“Hay un refrán que dice un médico cura, dos dudan, tres muerte segura, y es cierto, puede pasar que lo que ve uno al principio no lo vea el segundo, y en medio de un tratamiento lo cambie, imagínate un tercero, un cuarto, y esto está pasando con frecuencia en Santiago de Cuba, que es donde estudié, hice mi residencia y me gradué, y también en Guantánamo, donde vivo hoy, y puede tener consecuencias en la vida de las personas”, asegura.
Comenta este galeno que del año en que se graduó de medicina en Santiago de Cuba junto con él egresaron otros 329 médicos. De todos ellos, solo quedan ejerciendo en Cuba, o de misión pero sin haberse quedado en ninguna otra nación, unos 50 profesionales.
“Muchos han decidido buscar mejores destinos, cosa que es válida, pero ¿te imaginas que de 330 solo queden unos 50? Se ha perdido casi toda una generación de profesionales en Santiago de Cuba y en el oriente, esa es la cruda realidad que se vive en la salud pública. Y la culpa la tiene el gobierno por las malas condiciones de trabajo del personal médico y porque han convertido la medicina en un negocio, y si algo tiene que ser la medicina es vocación, pero no vocación por viajar, sino por ayudar al prójimo. Las especialidades que más se ofertan cuando uno termina la universidad, MGI, medicina interna, cirugía, oftalmología, son también las especialidades que más viajan, que más se venden en el mundo, porque te repito Cuba ha convertido la medicina en un negocio”.
Es sabido que desde el otorgamiento de plazas de medicina luego de terminar los estudios preuniversitarios, que casi se ha hecho algo masivo, luego las facilidades que se traducen en “pasar la mano” durante los años que duran las especialidades, hablan a las claras de que la formación de médicos en Cuba se ha convertido en una fábrica de chorizos y casi cualquiera puede ser galeno.
Y aunque la formación de especialistas es más rigurosa, la de un MGI, por ejemplo, no suele ser de las más difíciles, pues “son necesarios, hay que tener listo al remplazo, y así van quedando relegadas otras. Es una combinación de cosas, así anda la salud pública, al menos la que conozco en Santiago de Cuba y en Guantánamo”.
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