EXCLUSIVA: La pesadilla que viven hoy los médicos cubanos en Brasil

“Cuarenta kilos en total. Treinta y cinco debajo del avión, cinco como equipaje de mano”. Así de estricta y radical es la orientación: es todo lo que permitirá el gobierno cubano cargar de vuelta a los 11,400 colaboradores nacionales que ahora mismo se encuentran en Brasil viviendo una incertidumbre atroz.

CiberCuba ha tenido acceso exclusivo a un documento entregado en la mañana de ayer, en el cual se detalla a los colaboradores algunos aspectos de orden práctico para preparar el regreso que debe producirse, según las orientaciones de La Habana, entre el 25 de noviembre y el 25 de diciembre. Cuando Jair Bolsonaro tome la presidencia el 1ro de enero de 2019, Cuba quiere haber sacado a todos los médicos del país.

“Una preocupación de todos es la forma de envío de los equipajes pues por el volumen y el peso no será posible que todas las pertenencias sean transportadas en vuelos de Cubana, donde el máximo admitido es 40 kg”, dice el documento, y precisa algunas compañías brasileñas que pueden contratar los médicos, corriendo con todos los gastos, para transportar alguna mercancía adicional. “Para facilitar el envío de equipaje, ponemos en conocimiento de ustedes algunas formas y vías que se pudieran utilizar para el envío de sus cargas”, señala el documento que insiste en que todo ello se haría a cuenta, riesgo y gasto del colaborador.

De lejos, esa es la pesadilla más grande para los miles de doctores cubanos atrapados en la crisis bilateral: la pérdida de sus pertenencias. “Llevamos años de privaciones, de escasez, hemos pasado hasta hambre, hemos permitido que el gobierno cubano nos robe las tres cuartas partes de nuestro salario, y ahora nos quieren regresar sin lo que hemos comprado para nuestras familias. Es un abuso, nadie va a estar dispuesto a cumplir eso”, nos dice desde Brasil una colaboradora que ya está decidida: no va a regresar a Cuba.

A todos les colmó la paciencia la orientación sobre las mercancías. “Nos dijeron que vendiéramos todo lo que pasara de 40 kilos, que no nos van a dejar llevar más. Esa fue la gota que derramó el vaso”, nos dicen.

Un audio obtenido por CiberCuba documenta las quejas y discusiones acaloradas de algunas colaboradoras con los directivos cubanos encargados de conducir la salida del país carioca. “¡No me importa lo que tengan que hacer, como si tienen que poner un segundo avión solo para nuestra mercancía, pero yo no voy a dejar mis cosas! ¡Es un abuso!”, se escucha en una de las reuniones celebradas esta semana.

El documento enviado a los colaboradores lo dice de manera explícita: “Comprendemos que es poco el tiempo y por ello de ser posible te sugerimos vender algunas de tus pertenencias, a fin de recuperar en algo los gastos en que has incurrido”.

Entre esas pertenencias figuran aires acondicionados, refrigeradores, bicicletas, hornos, que fueron adquiridos de las maneras más impensables.

“¿Tú sabes cómo compramos nosotros?” -nos dice otro médico que pide anonimato momentáneo, muy pronto dará la cara y dirá toda su verdad, asegura- “Viajando hasta Paraguay. Cruzamos la frontera con todo el peligro que eso implica, para poder comprar a mejores precios porque todo en Brasil está carísimo. Para que vengan ahora estos cabrones a querer que dejemos todo y regresemos con 40kg solamente”.

La situación en todas las dependencias donde los cubanos han colaborado con “Más Médicos” es altamente precaria. “Nos pagan 2976,26 reales, que en dependencia del valor del euro los cambiamos. Nunca son los poco más de $700 que dice la equivalencia monetaria. Nos quedan en realidad entre 500 y 600 dólares. Ese es nuestro salario de un mes. Cuba se queda con aproximadamente 2,600 dólares mensuales por cada uno de nosotros.”

Los 26 centavos que en teoría deben recibir por el sueldo oficial (2976,26 reales) jamás los han visto. “Alguien se queda con esos 26 centavos de miles de médicos”, nos explican.

La prefectura local donde cada uno de estos médicos presta servicios paga 2,000 reales adicionales (unos $500) a los doctores. Todos coinciden en que ese dinero lo destinan por entero a pagar el alquiler de donde viven y otras necesidades básicas como internet, gas y corriente. La comida les sale tan cara que a veces deben compartir las compras y reducir las raciones en cada comida. “Así tenemos que hacer si queremos ahorrar aunque sean 50 dólares por mes”, nos dice otra doctora que también tiene decidido no retornar a la isla.

“Nuestro pánico ahora mismo es que no sabemos qué hacer”, dice a CiberCuba una doctora graduada de Medicina Integral. El desconcierto es total: Cuba pretende evacuar a todo el personal médico antes del 25 de diciembre, según previsiones iniciales. Jair Bolsonaro, presidente electo que ha prometido asilo político para todos los médicos que decidan no regresar a la isla, no toma posesión hasta el 1ro de enero próximo. “No sabemos qué hacer. Solo en esta unidad somos 15 médicos que hemos decidido no regresar, pero no sabemos a quién pedir ayuda”.

El presidente electo Jair Bolsonaro reiteró este viernes su decisión de dar asilo a los médicos cubanos que se lo soliciten. El problema es que las condiciones bajo las cuales estos permanecerían en el país no están nada claras.

“Las autoridades locales nos dicen que van a presionar al gobierno actual para que nos ayude a los que nos vamos a quedar, están en eso”, nos dice otra doctora dispuesta a no regresar a Cuba. Un número considerable de localidades pobres de Brasil quedarán sin un solo médico en caso de irse todos los cubanos. Quienes han decidido no volver atrás confían en que eso juegue a su favor.

Incluso ciudades de crecimiento notable como Ponta Grossa, donde Bolsonaro obtuvo el 74% de los votos en las últimas elecciones, casi las tres cuartas partes de los médicos oficiantes son cubanos. Se calcula que de los 80 doctores que prestan servicios en unidades de salud locales, 60 son cubanos de “Más Médicos”.

Por lo pronto ninguno de los colaboradores sabe en qué parará el caos.

“No vamos a regresar sin nuestras pertenencias”, dicen aquellos que por el momento sí optarán por volver. Los otros, los que ya saben que no tienen vuelta atrás, esperan por pasos concretos de las autoridades brasileñas para escaparse ellos de los vuelos masivos que Cuba ya planea implementar dentro de solo nueve días.