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El gran premio de Mega Millions de este viernes por la noche ha llegado a los 1.000 millones de dólares, convirtiéndose en el segundo premio de lotería más grande en la historia de Estados Unidos.
Según wsvn, la cifra consolida la tendencia actual de los botes gigantes en los últimos años.
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La causa de este fenómeno es que los funcionarios del sistema cambiaron las combinaciones para reducir la posibilidad de ganar un premio mayor, y con ello se aumentó la oportunidad de que dichos premios alcancen cantidades enormes.
Todos pensaron que los botes más grandes llamarían más la atención, y por eso más jugadores comprarían su boleto de Mega Millions o Powerball.
El primero en sumarse a esa tesis fue Powerball, que cambió las combinaciones de números potenciales en octubre de 2015. Al hacerlo, modificó las probabilidades de ganar el premio mayor de uno en 175 millones, a uno en 292.2 millones. También aumentaron las posibilidades de ganar pequeños premios.
Por su parte, Mega Millions hizo lo mismo en octubre de 2017, lo que redujo las probabilidades de uno en 259 millones, a uno en 302.5 millones.
Aunque desde los cambios implantados los estados suelen registrar un aumento en las ventas de ambos sorteos, los botes tan grandes los dejan cada vez más dependientes de esos pagos masivos, porque premios que antes eran muy llamativos ahora lucen “insignificantes”.
No obstante, con botes tan enormes los billetes vuelan en las mini tiendas.
Pese a la euforia, los expertos siempre aconsejan no creer en que hay apenas posibilidades de ganar el premio gordo, no importa si se compra un boleto o 100.
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