Y llegó el gran día. El juego por el Comodín de la Liga Americana demostrará quien se impone en un partido: si la filosofía de la inversión y los jonrones o la sui generis modalidad de Oakland de construir un equipo en base a bajos salarios y jugadores útiles.
Los Yankees vienen de romper el récord de jonrones en una temporada de Grandes Ligas, superando los 264 de Seattle Mariners en 1997, con la aterradora tanda de Stanton, Judge, Gregorius, Andujar, Torres o Gary Sánchez. Los Atléticos abrirán con Liam Hendriks, un relevista que debe completar par de entradas y darle paso a otros.
Los de Nueva York tienen un as, los Atléticos un bullpen demasiado profundo.
El dilema: Tradición contra modernidad.
Los Yankees representan el símbolo de la victoria, el poder y el éxito histórico. Oakland llega con un visionario Billy Beane intentando demostrar lo imposible: ¿se puede ganar con una nómina salarial inferior a los 100 millones?
Es más que un mensaje: Luis Severino.
El astro de los Yankees no fue el mismo en la segunda mitad de temporada con 5-6, 5.57 de efectividad. Su recta fue bastante predecible y le conectaron para .291 en ese lapso. Si Severino recibe daño en horas tempranas del choque los Yankees podrían perder su segundo partido de Comodín.
El lado ciego: Oakland.
Si existe un conjunto sin nada que perder en todo el deporte, ese es Oakland. Los superan en defensa (25 carreras salvadas por seis).
La clave: Severino debe caminar al menos seis innings, Oakland anotar cuanto antes.
La predicción atrevida: Oakland gana 7-4.
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