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Si el salario medio en Cuba, que ronda los 740 pesos al mes, a duras penas alcanza para adquirir los productos de la canasta básica en la vida cotidiana de una persona, es mucho más frustrante tratar de cubrir las necesidades de un niño, especialmente cuando se trata de las medicinas.
Aunque en las farmacias se venden medicamentos para los infantes, para tratar las fiebres y otras dolencias, lo cierto es que incluso los pequeños no escapan de una de las grandes verdades que afectan hoy la salud pública en Cuba: la escasez fármacos lacera la calidad de vida de las personas, incluyendo la de los niños.
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“Lo más habitual en los niños son los catarros y las fiebres, además de los dolores por los dientes que salen, por eso hay que tener en la casa dipirona y paracetamol. Lo malo es que si te pasa como a mí, que mi niña vomita las pastillas, es duro tener que darle estas cosas. En el mundo los medicamentos para niños son más amigables, por decirlo de una manera. Son con sabores, por ejemplo, pero en Cuba no se comercializan en las farmacias que venden en moneda nacional o CUP. Se vende dipirona infantil en supositorio, pero no siempre hay. En las llamadas farmacias internacionales, o en CUC, es donde se venden esos medicamentos fabricados para niños, pero a unos precios que tienes que aguantarte, y aunque no sean fabricados para niños, los hay en jarabe, por ejemplo, que es más fácil dárselos”, comenta Carmen.
En las farmacias internacionales se venden dos medicamentos, por ejemplo, que son muy usados para bajar las fiebres y tratar los dolores, y aunque no son infantiles propiamente dicho, al ser líquidos son muy demandados para suministrarles a un niño: el Dioxadol y la Neo Melubrina.
El primero tiene un precio de 16.35 CUC y el segundo a 17.10 CUC, ambos muy lejos del bolsillo de las personas que viven exclusivamente de sus salarios.
“Yo uso el Dioxadol, que es una mezcla de dipirona y paracetamol. Un día mi hijo tenía una fiebre espantosa. No había dipirona infantil en la farmacia y me recomendaron este medicamento. El precio casi me hace infartar, pero la muchacha de la tienda me aseguró que era muy bueno. En efecto, es excelente, pero a un precio excesivamente caro. Pobre de aquel que no puede comprar cosas así en Cuba ni tiene quien se lo mande de afuera”, comenta una madre.
Junto al Dioxadol y al Neo Melubrina, los otros dos medicamentos más comprados por los cubanos en las clínicas internacionales, cuando se trata de dolencias infantiles, son las sales de rehidratación orales, con sabores, y la emulsión "Ballena Azul", que es un aceite de hígado de bacalao enriquecido con vitaminas.
“El aceite de hígado de bacalao no me falta en el frío. Es buenísimo para los catarros y para otras enfermedades. Cuesta más de 8 CUC el pomo y compro todos los meses dos botellas pues tengo dos niños en casa. Soy de las personas que gracias a Dios puedo comprar algunas medicinas en las clínicas internacionales, y lamentablemente no todos pueden hacerlo”, comenta Luisa.
Zepol (mentol para resfriados), la emulsión "Ballena Azul", el Dioxadol y la Neo Melubrina, son algunos de los medicamentos muy buenos para los niños pequeños, para tratar las dolencias frecuentes en los primeros años, y que lamentablemente desconocen la mayor parte de los padres que en Cuba viven de su salario porque, a pesar de comercializarse en las llamadas farmacias internacionales, tienen unos precios que los hacen inaccesibles a la mayoría de las personas.
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