Gobierno y partido comunista cubanos asumen 'low profile' con Nicaragua

El presidente Díaz-Canel, que cumplió “misión internacionalista” en el país centroamericano como ingeniero, solo aludió a Nicaragua una sola vez en su discurso ante el recién concluido Foro de Sao Paulo y como parte de una mención genérica a situaciones que vive el continente.

En el tributo al fallecimiento de Fidel Castro © REUTERS/Carlos Garcia Rawlins
En el tributo al fallecimiento de Fidel Castro Foto © REUTERS/Carlos Garcia Rawlins

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Este artículo es de hace 6 años

El gobierno cubano, tradicional aliado del sandinismo conservador, se ha puesto de perfil ante las matanzas de jóvenes y ciudadanos cometidas por las bandas paramilitares al servicio de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

El presidente Díaz-Canel, que cumplió “misión internacionalista” en el país centroamericano como ingeniero, solo aludió a Nicaragua una sola vez en su discurso ante el recién concluido Foro de Sao Paulo y como parte de una mención genérica a situaciones que vive el continente.


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“(…) Lo hacemos en un momento donde la ofensiva contra los procesos de cambio en la región aplica métodos de la guerra no convencional, lo que se pone de manifiesto en las acciones, que aquí condenamos enérgicamente, contra la Venezuela chavista, la Nicaragua sandinista, el Brasil de Lula y la Revolución democrática y popular de Bolivia encabezada por el hermano Evo Morales (que aquí condenamos enérgicamente)”.

Este es el fragmento del discurso presidencial, que también mencionó a “Daniel” como parte de los compañeros de viaje que han sido echado de menos en La Habana, junto a Lula, Cristina, Mújica, Chávez y Fidel.

La postura cubana contrastó con la del mandatario salvadoreño, Sánchez Cerén, que fue más enérgico en su solidaridad con Daniel Ortega y criticando la “subversión” promovida por el imperialismo yanqui, que es una de las excusas predilectas de esa izquierda sectaria, cuando los pueblos se hartan de sus desmanes.

La visión maniquea que defiende una parte de la izquierda en los conflictos contemporáneos ni siquiera repara en la contradicción que implica haber dedicado años a la “instrucción de las masas” que, a una señal de Washington, toman las calles y montan barricadas contra los dictadores favoritos del progresismo mundial.

El gobierno cubano debe tener datos contrastados de la crisis en Nicaragua que explican el aproche suave de Díaz-Canel en un tema doblemente complicado para el Palacio de la Revolución, porque reconocer parcialmente la legitimidad de las protestas de jóvenes podría ser un mensaje subversivo para los hastiados jóvenes cubanos, pero apoyar abiertamente las matanzas también dejaría a Cuba en una posición muy incómoda.

Ante tal tesitura, Díaz-Canel optó por medir el peso de la crisis nicaragüense en su discurso, que consagró a glosar la figura de Fidel Castro, y jurar que no habría giros hacia el capitalismo, que es una frase para el frente popular, los duros de La Habana y la galería, pues la pronunció cuando la Asamblea Nacional ultima en comisiones una reforma constitucional que reconoce la propiedad privada.

Díaz-Canel optó por medir el peso de la crisis nicaragüense en su discurso, que consagró a glosar la figura de Fidel Castro, y jurar que no habría giros hacia el capitalismo

Un diplomático cubano jubilado, que atesora una larga experiencia en los entresijos de las relaciones de su país con estados y movimientos revolucionarios dijo a CiberCuba que leyó el discurso del presidente en el periódico Granma y que su mente voló a diciembre de 1989.

“Ya teníamos claro que los soviéticos no creían en lágrimas y los yanquis invaden Nicaragua, Chomy (José Miyar Barruecos) avisa a Fidel en medio de un discurso que los americanos han invadido Panamá y el jefe (Castro) improvisó media hora hablando de Panamá y del imperialismo, pero sin mencionar a Noriega (Manuel Antonio, ex hombre fuerte de Panamá)”, dijo el ex funcionario, que habló a condición de mantener su anonimato.

Y la prudencia de Díaz Canel no fue excepción, pues José Ramón Machado Ventura, el hombre que controla el aparato del Partido Comunista de Cuba desde hace años, dejó un párrafo en su discurso para la antología de la intrarevolución que aún está por escribirse y estudiarse.

“Respecto a Nicaragua, la posición cubana también es categórica: en la medida en que Estados Unidos trata de manipular asuntos internos que solo los nicaragüenses deben resolver sin injerencia externa alguna, nuestro Partido ha dado, da y dará toda la solidaridad que demande el Frente Sandinista de Liberación Nacional para posibilitar el retorno de la paz al país”.

Más claro agua: contundencia categórica de no injerencia en asuntos internos, toda la solidaridad para el Frente Sandinista para “posibilitar el retorno de la paz al país”, un reconocimiento, de facto, de que hay problemas y que la solidaridad de los comunistas cubanos es con el FSLN y no con Ortega-Rosario.

La acusación a USA forma parte de la letanía tradicional del tardocastrismo, soslayando el detalle que la Casa Blanca fue tan sorprendida, como la propia Habana, el Vaticano y el resto del mundo, del estallido en Nicaragua, que ha costado el adelanto del relevo del embajador norteamericano en Managua.

La tibieza de Díaz-Canel y Machado Ventura con Nicaragua contrastaron con el apoyo sin vacilación a Nicolás Maduro, al que Raúl Castro despidió en el aeropuerto, como corresponde a un aliado imprescindible para la anémica economía cubana

La tibieza de Díaz-Canel y Machado Ventura con Nicaragua contrastaron con el apoyo sin vacilación a Nicolás Maduro, al que Raúl Castro despidió en el aeropuerto, como corresponde a un aliado imprescindible para la anémica economía cubana y porque simboliza el frente cubano contra Diosdado Cabello y José Vicente Rangel, que lideran sectores militares y civiles contrarios a la enorme influencia del tardocastrismo en Venezuela.

Cuba estará representada en los actos de este jueves 19 de julio por el 38 aniversario del triunfo de la revolución sandinista por el canciller Bruno Rodríguez, el embajador cubano en Managua y otros funcionarios del aparato de Exteriores de la isla.

Habrá que estar atentos a los gestos de Rodríguez en Managua, pero nada parece indicar que su postura, aunque podría hacer algún guiño al binomio Ortega-Murillo, vaya a variar sustancialmente de la expuesta por sus jefes en La Habana que, por boca de Machado Ventura, lamentó que Washington de aproveche de algunos “errores de los revolucionarios”.

¿En qué revolucionarios estaría pensando Machadito? Lo real en política –avisó José Martí- es lo que no se ve…

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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