Si la propaganda de Corea del Norte contra Estados Unidos ya había ido rebajando el tono en los últimos meses, medios de prensa destacan por estos días que tras el histórico encuentro entre el líder norcoreano Kim Jong-un y el presidente Donald Trump, el pasado 12 de junio, la retórica anti-estadounidense se encuentra bajo mínimos en las calles de Corea.
"Todos los carteles antiestadounidenses que suelo ver en la plaza Kim Il-sung y en las tiendas, simplemente se han ido", asegura a la agencia de noticias Reuters, Rowan Beard, gerente de la agencia de viajes Young Pioneer Tours.
"En cinco años trabajando en Corea del Norte, nunca antes los había visto desaparecer por completo”, añadió.
Hace apenas un año todavía eran difundidas imágenes que simulaban la destrucción del Capitolio o de la Casa Blanca.
A ello se sumaba la habitual presencia de pancartas y carteles que inundaban la capital y otras ciudades, y que presentaban a Estados Unidos como un brutal agresor imperialista, y a Corea del Sur y a Japón como los aliados ideales del enemigo.
Testimonios de los escasísimos visitantes que tiene el país norcoreano aseguran que vallas, letreros, anuncios y murales han ido siendo reemplazados por otros que celebran el progreso económico, los logros científicos y el acercamiento de las dos Coreas.
También la televisión coreana habría ido mudando el tono, si antes solía mostrarse que Pyongyang respondería con misiles y ataques contra los invasores, ahora la atención ha sido desviada hacia el progreso del país, y donde antes hubo un discurso cargado de belicismo, ahora la retórica es menos violenta.
Incluso los souvenirs antiestadounidenses que solían venderse a los turistas han comenzado a cambiar, y ya no se venden postales, carteles o sellos que muestren los misiles coreanos rumbo a Washington.
Los cambios también se reflejan en el principal periódico nacional, Rodong Sinmun, donde antes se publicaban periódicamente informes negativos sobre Estados Unidos.
El cambio también sería válido en la mirada hacia la vecina Corea del Sur, guías extranjeros que llevan a grupos de turistas al interior del país han explicado que se elogia la Declaración de Panmunjom, firmada por Kim con el presidente norcoreano Moon Jae-in, en el pasado mes de abril, y que el tono con los vecinos del sur es bastante más amigable.
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