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Todos los que vivimos fuera de Cuba estamos acostumbrados al uso de aplicaciones de mensajería instantánea: Whatsapp, FB Messenger, Telegram y otras son aplicaciones presentes en casi todos los celulares. Su uso se ha vuelto tan cotidiano que ha cambiado radicalmente la forma de comunicarse de la inmensa mayoría de la humanidad. Tanto se usan que sus nombres se han convertido en verbos: “estoy wasapeando con María”.
Estas aplicaciones piden para su correcto funcionamiento ciertos permisos de tu celular como son, acceso a tu libreta de contactos, a tu contenido multimedia, tu teléfono, etc. Todos ellos, necesarios para que la app funcione, pero también son todos ellos potencial punto de acceso a tus datos personales, incluso, aquellos que no quisieras “poner a disposición del app”.
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Ahora bien, en el uso de estas apps hay que tener en cuenta dos cosas importantes, la primera es saber qué permisos les otorgas, y la otra es entender que toda tu comunicación mediante las mismas pasa por servidores (computadoras) de la empresa que las creó. Algunas aplicaciones como Telegram encriptan toda la comunicación entre los usuarios de la misma, siendo la seguridad uno de sus puntos fuertes de cara al mercado.
Pero los gobiernos todo lo quieren conocer, sea en Cuba, USA o Rusia. Recientemente hemos conocido noticias que el Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso, heredero de la KGB, exigió las claves de encriptación de los mensajes que se envían usando la plataforma Telegram (creada en Rusia) y, al negarse esta a entregarlos, el gobierno ruso decidió bloquear completamente el uso de esa plataforma en este país. Lo que ha traido como consecuencias varias demandas de sus creadores al gobierno ruso.
La razón esgrimida es que dicha app es usada por terroristas para coordinar acciones. Aunque esta justificación es válida, también lo es el derecho a la privacidad de los ciudadanos, y dar acceso a las autoridades indiscriminadamente a todas las comunicaciones de todos los usuarios de la misma viola en principio dicho derecho, razón por la que los dueños de Telegram se negaron y ahora sufren las consecuencias del bloqueo a su aplicación en Rusia.
¿Ahora qué ocurriría si el “dueño” del app es el mismo que espía?
Aquí entran en juego las apps desarrolladas por Etecsa, y entre ellas su nueva app (en Beta) toDus.
Por lo que hemos podido conocer, tiene un funcionamiento similar a cualquiera existente en el mercado. La app para su funcionamiento requiere un celular con línea de Cuba, si no es asi no puede realizarse la verificación de la misma, y por lo tanto, por ahora solo puede usarse dentro de la isla. Coincidentemente la página web del servicio todus.cu no se puede acceder desde fuera de Cuba.
Etecsa, para promover su uso entre los cubanos, ha declarado que no cobrará a sus usuarios por el uso de datos producto de su empleo. O sea, enviar un mensaje o una foto mediante la misma será, por ahora, gratis.
¿No es altamente sospechoso que una empresa que cobra hasta la sonrisa, con tarifas dignas de usurero dé un servicio “gratuito”?
Pueden existir dos razones, una tratar de lograr una alta penetración de un mercado altamente competitivo, en el que tendrán que competir en cuanto den acceso libre a internet móvil. En todo caso, la tendrán muy difícil si la app no permite comunicarse con el exterior e, incluso, si logran colocarla en las plataformas de aplicaciones de Google o Apple no creo que muchos usuarios comiencen a utilizarla cuando podrán usar Whatsapp u otra, aún cuando tengan que pagar el costo de la comunicación.
Y si de verdas en un ataque de altruismo Etecsa, desinteresadamente, esta preocupada por las comunicaciones de los cubanos, ¿por qué no elimina la tarifas por el uso de Whatsapp y otras de las mas populares?
La otra razón puede ser simple y llanamente espionaje. Obviamente, al igual que ocurre hoy con las llamadas, los SMS, la navegación web o los correos electrónicos, todas las comunicaciones realizadas mediante esta plataforma estarán disponibles para que el gran inquisidor hurgue en ellas a su gusto.
Entonces ¿no es preferible pagar el costo de su uso y emplear plataformas seguras como Telegram para comunicarse con tu familia sin miedo a ser observado? Y repito, no estoy hablando de encubrir actividades ilícitas, sino de tener privacidad en tus comunicaciones con tu familia, novia, amigo, esposa o hijos.
¿no es preferible pagar el costo de su uso y emplear plataformas seguras como Telegram para comunicarse con tu familia sin miedo a ser observado?
En todo caso, imagino que para muchos la app tenga uso para enviar mensajes intrascendentes como “bajo a comer”, “nos vemos a las 5”, etc. En este caso, es importante limitar el acceso de la misma a la cámara, micrófono, archivos y otros espacios de tu celular que quieres mantener privados.
La decisión final es de cada cual, pero si eliges instalar esta app ten en cuenta que puedes estar metiendo un Caballo de Troya en tu celular. ¡Ten cuidado!
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