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Yasir, un joven cubano de 24 años, lleva días varado en la frontera de México y Estados Unidos. Según cuenta al diario estadounidense The Monitor, salió de Pinar del Río con la idea de lograr una vida mejor pero nunca imaginó que tendría que acampar días y noches en el puente peatonal que separa a ambos países.
Encima de un cartón y cubierto con varias mantas, Yasir se encuentra junto a más de una veintena de cubanos que durante casi tres semanas se han agrupado, uno tras otro, en el puente internacional Hidalgo-Reynosa.
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"Nunca pensé que me despertaría a los pies de alguien como si fuera un mendigo ... como un extranjero", cuenta.
"La mayoría de los cubanos, especialmente los del campo, son criados para ser trabajadores", explica desesperado el joven por la incertidumbre que supone permanecer en este lugar.
Las nuevas políticas migratorias de EE.UU. han dejado a muchos cubanos en un limbo en los cruces de frontera. The Monitor informa que los centros de detención locales en Hidalgo-Reynosa están ocupados en toda su capacidad. Más de 50 centroamericanos, la mitad de ellos cubanos, llevan varios días durmiendo a la intemperie.
Las personas que deseen solicitar el asilo pueden hacerlo ante los oficiales de migración estadounidense. Es un derecho, pero la mayoría es detenida como parte de la política de tolerancia cero para los migrantes promulgadas por Donald Trump. Lo que ocurre en la mayoría de los casos es que se procesa penalmente a aquellos que cruzan la frontera ilegalmente, deteniéndolos hasta su comparecencia ante el tribunal federal.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos dijo recientemente en un comunicado que "está adoptando un enfoque proactivo para garantizar que los viajeros que llegan tengan documentos de entrada válidos para agilizar el procesamiento de los viajes legales. El número de individuos inadmisibles que CBP puede procesar varía según la complejidad del caso; recursos disponibles; necesidades médicas; requisitos de traducción; espacio de detención; volumen de puerto general; y acciones de cumplimiento en curso".
No obstante, el CBP considera que la situación es temporal pero que por el momento deben limitar el número de personas a las que se permite el ingreso para el procesamiento.
Los cubanos que hablaron con The Monitor, no encuentran razones para que se les niegue la entrada.
"Todos tenemos nuestras propias razones para irnos", dijo Yasir, explicando que lo hizo por la falta de oportunidades para avanzar. Su viaje lo llevó a cruzar el Océano Atlántico en un pequeño bote con otras cuatro personas. Llegaron a Belice y luego fueron varios viajes en autobús hasta el norte de Reynosa.
Otra cubana de 23 años, Marlene, está en el puente desde el pasado 29 de mayo pero para ella regresar a la Isla "es la última carta de la baraja".
Ella utilizó los ahorros de su familia para comprar un boleto a Cancún, de donde tomó un vuelo a Reynosa, con la esperanza de cruzar el puente y reunirse con su esposo en Houston.
Desde octubre del pasado año, 3.959 asilados cubanos han cruzado por los ocho puentes internacionales que conectan a ambos países para ser procesados por entrevistas y demostrar el miedo creíble que les permite iniciar los trámites para el asilo político.
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