La vida de la doctora cubana Ana Karelia Borrego Machado cambió de forma inesperada el 5 de diciembre de 2011 cuando una "medida disciplinaria injusta" le apartó de su puesto de trabajo, según detalló Cubanet.
En 2010 esta profesional sanitaria acabó el diplomado de Medicina Natural y Tradicional (MNT). En aquella época Hilda Marlín Ponce Guerrero era la directora del policlínico Jorge Luis Ramírez y le pidió que se incorporara este centro para ocupar la plaza vacante de MNT.
El traslado nunca llegó a hacerse por escrito y ocho meses más tarde esta misma persona le pidió que, "por la reorganización de los servicios de salud, debía reincorporarse al consultorio donde vivía".
Aquel movimiento, según el citado medio se produjo el 12 de octubre, y nada hacia presagiar que tan solo dos meses después su vida entrara en una espiral de ataques. De esta forma el 5 de diciembre le comunicaron que era separada de forma definitiva de su puesto de trabajo por ausencias injustificadas al mismo.
Borrego Machado aseguró que desde el policlínico nunca le llegaron a entregar la Hoja de Resumen Laboral. Tampoco le dieron el documento que le pone a disposición de la Dirección Municipal de Salud en Playa, municipio donde trabaja y reside, con el objetivo de ser reubicada laboralmente.
Los planes de esta médico y su esposo David Rodill pasaban por quedarse con la vivienda ubicada en la barriada Buena Vista en el municipio Playa, pero al quitarla de su puesto de trabajo no podrían seguir ocupar este domicilio al ser un "medio básico" de Salud Pública.
"Comencé a mendigar y reclamar todos mis derechos laborales"
"Comencé a mendigar y reclamar todos mis derechos laborales pero solo recibí maltrato, burla y me amenazaron con dejarme en la calle", relató Machado.
"Me han negado incluso el derecho a que sea publicado mi caso, algo que sucede en un país dónde se dice que es una sociedad justa", agregó en declaraciones a la mencionada fuente.
Esta doctora de la isla, que es graduada de Medicina, Especialista en Medicina General Integral (MGI) y diplomada en Medicina Natural y Tradicional y en Homeopatía; sigue sin entender por qué no puede acceder a un empleo acorde a sus conocimientos.
La reglamentación de Salud Pública establece que Borrego, tras la separación laboral, tiene derecho a conseguir una reubicación que le permitiría retener la vivienda que ocupa, un derecho que le siguen negando.
Su futuro no es muy esperanzador, algo que quedó constatado tras su visita a las oficinas del Departamento de Contra Inteligencia (CIN) del municipio Playa. Borrego y su compañero sentimental recibieron un mensaje con la inmigración a Estados Unidos de fondo.
En este sentido todavía recuerdan lo que les dijo el oficial que les atendió. "Todo lo que sucede conviene, y si ustedes mañana piensan irse del país".
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