Han pasado 15 años, pero sigue doliendo el recuerdo del arresto de 75 opositores cubanos en la primavera de 2003, conocida como Primavera Negra. Cubanet ha recogido el testimonio de Marta Beatriz Roque y Eduardo Díaz Fleitas, ambos prisioneros del grupo de los 75. También ha hablado con Miriam Leiva, esposa del fallecido Oscar Espinosa Chepe (1940-2013) y Lidia Lima Valdés, viuda de Arnaldo Ramos Lauzurique. Los dos cumplieron condena.
Miriam Leiva recuerda, como si fuera hoy, cómo la Seguridad del Estado tocó en la ventana de su casa. Desde el otro lado, el oficial vestido de civil que fue a detener a su marido, le mostró su identificación, llamándola por su nombre. También hace alusión a la conversación que mantuvo con un abogado al que le pidió que defendiera a su esposo. Éste se negó porque dijo que esas sentencias ya estaban dictadas. De hecho, un delegado del Poder Popular, llamado como testigo, no quiso responder a las preguntas del Tribunal porque llevaba las respuestas escritas.
Marta Beatriz Roque rememora la Primavera Negra."Fue muy difícil todo porque en primera instancia cayó Arnaldo Ramos Lauzurique (1942-2016), ya fallecido. Su esposa me llamó porque estaba desesperada. Le habían registrado la casa. Se lo habían tirado todo para el piso", explica.
Lidia Lima habla con nostalgia de aquel episodio negro en la historia de Cuba: "Se llevaron todo: las cámaras fotográficas... Fue un momento muy difícil", dice mientras aclara que en todo su matrimonio sólo se separó de su marido Arnadldo Ramos Lauzurique durante los nueve años que él estuvo preso tras caer en la Primavera Negra. "Estuvo varias veces en celdas de castigo. Yo iba a visitarlo y no podía verlo", comenta a Cubanet.
Eduardo Díaz Fleitas confiesa que en un primer momento todo el mundo pensaba que estarían presos "un tiempito", pero luego se prolongó. Para él, lo peor fueron los juicios sumarísimos que les hicieron en aras de condenarlos "de manera espantosa".
De esos juicios habla Marta Beatriz Roque. "Felipe Pérez Roque dijo la gran mentira de que nosotros habíamos sido juzgados con toda la garantía y mi abogada no sabía de qué se me estaba acusando. Yo tuve una sanción de 20 años de privación de libertad. El que yo hablara o no, no iba a cambiar nada. Por eso no hablé".
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