“¡Vivir del cuento es otra historia, otra historia!” Con esa frase el popular personaje de Pánfilo termina los lunes el conocido programa humorístico cubano Vivir del Cuento, que se hizo famoso durante la visita del expresidente estadounidense Barack Obama, quien participó en uno de los episodios del gustado show televisivo.
Y el nombre de ese conocido programa es el ejemplo más divulgado de los muchos usos que puede dárseles a la palabra cuento en el español que se habla en Cuba. Vivir del cuento, por ejemplo, significa vivir sin trabajar.
Pero mira cuántas otras cosas pueden decirse con el término cuento. Cuando escuchas que alguien metió un cuento está significando que quiso convencer a otro base de mentiras. Pero si esa otra persona es de las que no cree en cuentos de camino, entonces al cuentero no le creyeron ni una sola palabra.
El cuento de camino, según el Diccionario Ejemplificado del Español de Cuba, es la excusa o el pretexto con que se intenta justificar determinada cosa.
El cuento de la buena pipa ¡qué cubano no lo conoce! Pues este señala esa situación que se enreda y se dilata de tal modo que parece que no va a acabarse nunca. De hecho suele ser un juego infantil en el que uno pregunta “¿Quieres que te haga el cuento de la buena pipa?” y no importa cuál sea la respuesta que dé el otro, ni siquiera si no dice nada, pues quien interroga siempre dirá “no te dije que me dijeras x cosa” o “no te dije que te quedaras en silencio” “yo solo quiero que me digas si quieres que te haga el cuento de la buena pipa”, y así hasta nunca acabar. ¡Agotador!
Sin embargo, si estaba en una larga cola, se pasó todo el tiempo conversando entretenido y llegó sin darse cuenta su turno de comprar, entonces el cubano dirá “Me puse a dar muela y con el cuento y la jarana el tiempo se me fue rapidísimo, cuando vine a ver ya me tocaba comprar”.
Si escuchas que a alguien se le acabó el cuento, significa que a ese individuo se le acabó la cómoda situación económica o social en la que se hallaba. No querer cuento con alguien es igual a no desear tener problemas con esa persona.
De una cosa se dice que es cuento de velorio cuando se trata de un embuste, una mentira o un engaño. Ahora, si te aseguran que un fulano pasó trabajos y penurias sin cuento y se vio en la necesidad de pedir ayuda, ese sin cuento es equivalente a grandes cantidades, por lo tanto fueron enormes las dificultades que sufrió esa persona.
No creer en cuentos de chinos de manila, es lo mismo que decir que no se cree en cuentos de velorio, que no se cree en las falsas noticias y mentiras que otro expresa. A ese al que no le crees puedes decirle también “a otro con ese cuento” porque a mí no me engañas.
El que acabó un cuento, es porque hizo de todo sin inhibirse. Si estás en una fiesta y acabaste un cuento fue porque bebiste, bailaste sin limitarte.
Si alguien viejo acabó un cuento en su juventud, fue porque hizo muchas cosas atrevidas.
Y por último está el pobre que no hizo el cuento. Se dice así de alguien que no sobrevivió ya sea a una enfermedad, una agresión o un accidente. Claro que para esto hay además un montón de graciosos sinónimos como: cantó el manisero, le dio la patada a la lata, guardó el carro, guindó el piojo, guindó el sable, largó el zapato, largó la chancleta, se ñampió, se partió, se puso el traje de pinotea, se puso tieso, quedó al campo, quedó en la página dos, se rompió, se viró, salió con las patas para adelante, se puso la guayabera de palo.
Y tú ¿tienes alguna otra cosas que decir del cuento? Si es así, por favor, compártela en los comentarios.
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