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"Yandi el repa" compartió el 12 de julio de 2017 en YouTube "la canción más vulgar del reguetón cubano"... al menos hasta ahora. Siempre se puede un poquito más. Qué duda cabe, pero éste ha sido un paso importante.
El tema se titula Échame el pellejo pa' atrás y, según los datos que aporta la plataforma de Google en la que se ha difundido, está hecho por el dúo cubano Los Bikingos, escrito así, con B de burro. La letra da para, como mínimo, preocuparse por la higiene mental y personal de su autor o autores.
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Los intérpretes de esta canción, que en siete meses ha conseguido unas 141. 000 visualizaciones, se definen sin necesidad de obligarnos a meditar sobre qué o quiénes son: "Somos bonito y venemos en lata".
Échame el pellejo pa atrás es una obscenidad sin mayores pretensiones. Sin embargo, para sorpresa de la humanidad, hay quien ha leído entre líneas y considera que cuando Los Bikingos hablan de retirar el prepucio se refieren a tirar de la manta del Gobierno castrista para que salga la corrupción (entiéndase la peste) que esconde.
Hay gente para todo. Yo, humildemente, no he hecho la misma lectura, aunque no niego que para llegar a hacer una como ésta hay que hilar muy fino. ¿Por qué iban a querer Los Bikingos disfrazar una crítica social con una vulgar alarma sanitaria? ¿Para qué esconderse bajo la piel de un machista? No hay excusas.
De la difusión del tema sólo me preocupa que se encuentre en Internet googleando "El tema más vulgar del reguetón cubano".
Nuestra música es un universo en el que canciones como ésta sólo dan pena. Creo que los reguetoneros cubanos que salen habitualmente de la Isla entienden cada vez más rápido la necesidad de trabajar para un público amplio, entiéndase hispano. Primero dejaron de conformarse con los aplausos de Palo Cagao, de Alamar o de la Chusmita del Bahía. Luego con los del Capri o La Casa de Música de Miramar. La Habana se les queda pequeña.
Saben que si quieren llegar a estar nominados en una edición de los Grammy tendrán que trabajar más las letras, su talón de Aquiles. Los que de verdad quieren hacer carrera en la música, lo harán, no me cabe la menor duda. Es cuestión de tiempo.
El tema más vulgar del reguetón cubano no es sólo una anécdota de mal gusto o una broma macabra. Es un arma en manos de los que demonizan el género. Una pena, la verdad. Una caricatura. El reguetón es más que esto.
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