Hoyos en elevaciones de tierra con función de refugios, trincheras de concreto y pozos para tiradores, son algunos de los vestigios de la Guerra Fría que aún se pueden encontrar en las costas de Baracoa, al extremo oriental de Cuba.
Según habitantes de la zona, la construcción de estos refugios bélicos que nunca llegaron a usarse comenzó en la década de los ochenta. En la actualidad, además de no tener ninguna funcionalidad, afean el entorno del litoral.
“Esto lo hicieron los albañiles a pico y pala”, indicó uno de los entrevistados.
Las obras, que consumieron toneladas de cemento, hormigón y acero, fueron levantadas “para la defensa del pueblo en caso de cualquier agresión sorpresiva vía marítima”. Dicha agresión nunca ocurrió.
Fueron construidos para “una guerra, pero la única guerra que yo he visto es la del hambre”, recalcó otra entrevistada, que reside en una casa de guano, muy cercana a las inservibles trincheras.
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