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Hasta ahora los cubanos hemos recordado a Yuniesky Maya por dos elementos distintivos de su leyenda beisbolera: uno, el hecho de que fue recogepelotas en el estadio Capitán San Luis; el otro, sus lágrimas de coraje frente a Panamá en el primer Clásico Mundial, donde la faena del diestro pinareño resultó decisiva para que el equipo avanzara a la segunda ronda del evento.
Sin embargo, a partir de este momento habrá otro detalle que nunca olvidaremos, y será su apertura de esta noche contra los Alazanes de Granma en una de las semifinales de la Serie del Caribe.
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“Es una responsabilidad grande, ya que tengo que hacer mi trabajo, salir a defender la camiseta de República Dominicana, que ha sido mi segunda casa”, dijo en declaraciones citadas por El Nuevo Herald. “Para mí será bien difícil, ya que enfrentaré a muchos compañeros que jugaron conmigo”.
A los 36 años, dudo mucho que Maya se haya tenido que encargar jamás de una misión tan espinosa en el deporte. Inclusive se sabe que tanto él como Francisley Bueno y Raúl Valdés –sus compatriotas que también lanzan para las Águilas Cibaeñas- habían solicitado que no se les pidiera abrir contra los Alazanes. Pero a estas alturas no le queda de otra: es un profesional, y como tal deberá lucir en el volcán de los martirios de Jalisco.
“Sé que puede ser emocionante para él, porque ese equipo es el de su país, pero aquí estamos representando a la República Dominicana”, declaró el manager de los quisqueyanos, Lino Rivera. “En algún momento le iba a tocar a un cubano, pues tengo a tres en una rotación de cuatro lanzadores”.
Yuniesky Maya integró la selección absoluta de Cuba entre 2005 y 2009, año en el que abandonó la Isla. Más tarde firmaría un contrato millonario con los Nacionales de Washington –para los cuales apenas tiró 59 entradas a lo largo de tres campañas-, y posteriormente militó en el béisbol profesional de Dominicana y Sudcorea, donde lanzó un ‘no hit-no run’.
Pese a toda la experiencia acumulada, hoy será un día diferente en la vida de Maya. A partir de las 9:00 pm de este miércoles, sus rectas, curvas, cambios y sliders partirán rumbo a home con una mezcla de satisfacción y remordimiento, sabedor de que le ha tocado abrir el juego en que jamás habría querido trabajar.
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