Juan Juan Almeida desvela intimidades de Fidelito: "El único que se puede estar alegrando es Alejandro Castro"

"El dolor que llevó en su vida fue muy grande", dice el hijo del comandante Juan Almeida, que vivió con Fidelito en la casa de Raúl Castro.

Yani Gil y Juan Juan Almeida. © CiberCuba
Yani Gil y Juan Juan Almeida. Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 6 años

(Yani Gil- Víctor Flores) CiberCuba ha entrevistado al analista y escritor cubano Juan Juan Almeida, hijo del comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque. Él conoció personalmente a Fidel Castro-Díaz Balart, primogénito del gobernante Fidel Castro, que se suicidó en La Habana este jueves, según su prima, Mariela Castro, porque no pudo superar una pérdida ¿La de su padre?

"Yo conocí a Fidelito como José Raúl (el nombre ficticio que le crearon para que estudiara en Rusia) por circunstancias ajenas a mí. Cuando mis padres se separaron yo tenía 5 o 6 años. Ellos tuvieron tres hijas hembras y un varón: yo. Vilma Espín y Raúl Castro también tuvieron tres hijas hembras y un varón. Alejandro nació el 29 de julio de 1965 y yo el 2 de diciembre de 1965 y nos llevábamos bien. Fuimos los mejores amigos, incluso antes de nacer. Raúl Castro tuvo la idea de llevarme a vivir a su casa, como un ahijado, como un hijo más. Llegando allí, al edificio de 26, frente al cementerio chino, conocí a Fidelito, que ya vivía allí, como uno de los hijos de Raúl también. Tenía la misma dualidad mía. Los dos formábamos parte de una familia (Castro-Espín) a la que no pertenecíamos".


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"Nos llevábamos bien, nos conocimos, conversábamos, jugábamos a la pelota, pero por la diferencia de edad hay ciertas cosas que no se comparten", añade Juan Juan Almeida, actual locutor de Radio Martí.

Sobre la niñez de Fidel Castro Díaz-Balart, Juan Juan Almeida destaca que él fue "la manzana de la discordia entre varias familias encontradas. Todos sabemos quién fue Fidel Castro y quiénes son los Díaz-Balart para la historia de Cuba. Él vivía en el medio de una historia similar a la de Romeo y Julieta, donde Montescos y Capuletos estaban enfrentados y de alguna manera estimularon el conflicto que hoy vivimos todos los cubanos".

Conflictos familiares

Ese, añade, es uno de los conflictos familiares, pero también "tenía otros que seguramente fueron marcando su personalidad". Cuando Fidel Castro se casa con Dalia Soto del Valle y tienen sus hijos, también él era parte de un conflicto familiar. Las mujeres, cuando tienen hijos con hombres que tienen otros hijos, tienden a crear determinadas rivalidades entre ellos y esas rivalidades las vivió él. Fidel Castro Díaz-Balart no tenía -no digo que mala- buenas relaciones con sus hermanos, los Castro Soto Del Valle.

Otro conflicto, añade Juan Juan Almeida, era vivir en la casa de Raúl Castro. "Aunque Raúl Castro sí lo quiere, lo quería mucho, lo sigue queriendo y lo apoyó mucho -y esa es una realidad- los hijos de Raúl y Vilma lo veían como un primo adoptado. No lo veían como un hermano, que de alguna manera era lo que se intentaba hacer". "Viviendo en la casa de Raúl, como un hijo de Raúl, era hijo de Fidel. Había un hombre que, en poder, superaba por mucho a su tío".

Juan Juan Almeida aclara además que si bien es cierto que Fidel Castro y Mirta Díaz Balart se separaron cuando él era un niño, la realidad es que "Mirta nunca lo dejó de atender, visitar o de ver. Viviendo incluso en España iba a Cuba. Yo soy testigo de eso. La vi muchas veces. De hecho en la boda de Alejandro Castro Espín con Marietta Calis, los testigos de la boda fuimos Mirta Díaz-Balart y yo".

A esos traumas familiares de Fidel Castro Díaz-Balart hay que añadir que en el año 1956 sufrió un secuestro. "Cuando Fidel organizaba todo lo de desembarco del Granma, le escribe una carta a Mirta pidiéndole que le envíe al niño, que quiere verlo. Él ya tenía un conflicto familiar al ser hijo de padres separados. Mirta le manda a su hijo a México y Fidel no le devuelve el niño. Entonces Mirta va a México junto a su nuevo esposo, que también era abogado, y rescataron a su hijo. Muchos dicen que fue un secuestro. El niño iba en un carro, lo sacaron del carro y lo violentaron bastante y lo llevan a Cuba con un permiso del entonces presidente de México. Todo este tipo de cosas marcan, sin duda, su personalidad. Son estímulos bastante bruscos".

Él criticaba frente a Raúl

"Fidel Castro Díaz-Balart siempre fue una persona muy distante. Quizás, por saberse hijo del hombre más omnipresente y poderoso en ese tiempo en Cuba, también era un muchacho bastante arrogante y autosuficiente. Quizás la arrogancia se debía a que era muy inteligente. Era un tipo fascinante a la hora de conversar con él. Era un tipo, amigo de sus amigos.Tenía amigos de todos los estratos sociales de Cuba. Me consta que fue amigo de dirigentes, de no dirigentes, de delincuentes..."

"Además de conocer Cuba y su entorno familiar y la burbuja donde vivíamos muchos, él tuvo la oportunidad de romper esa burbuja. Viajó mucho. Conoció mundo. Estudió en Rusia.Yo creo que todo eso influyó en que él tuviera una visión más global de lo que significaba y significa la Revolución cubana y todo su entorno. Sin separarse de los cánones de pensamiento de la Revolución, sí fue un tipo crítico ante determinadas eventualidades de la Revolución. Sí fue un tipo muy crítico en el entorno de los años 80, cuando todos conocimos los actos de repudio. Él criticaba frente a Raúl. No sé si frente a Fidel porque eso nunca lo vi".

"Este suicidio de alguna manera los ayuda"

"En cuanto al tema familiar, yo siento que la muerte de Fidel Castro puso a todos los hijos de Fidel en una posición un tanto vulnerable respecto a Mariela y a Alejandro Castro Espín. Respecto al suicidio de Fidel Castro Díaz-Balart, yo siento que las cosas empiezan a hacer un 'crash' porque las dos familias, por pura lógica, se van a unir bastante. Va a unir a los Castro Soto Del Valle con una personalidad tan marginada como Jorge Ángel Castro, que es de los que menos se habla. Esa situación va a cambiar para que no se repitan similares eventualidades. No hablo de un suicidio, sino del temor a que algunos vayan a adoptar posiciones bastante críticas en cuanto a las uniones familiares y vayan a salir del país".

"Este suicidio de alguna manera los ayuda. Creo que el único que se puede estar alegrando de la muerte de Fidel Castro Díaz-Balart es Alejandro Castro Espín, pero porque es un obtuso y no sabe que el mundo cambia y el mundo gira y eso en nada lo beneficia".

En opinión de Juan Juan Almeida, la Revolución siempre ha sido machista y ha tenido espíritu funerario, pero siempre se han referido a una muerte épica. "Fidel Castro inculcó que el suicidio es un acto de cobardía. No por gusto el suicidio de Dorticós y de Haydeé Santamaría no se informó al pueblo como debía. Recuerdo que en alguna ocasión se iban a sacar unos sellos conmemorativos de la muerte de Haydeé Santamaría y no se hicieron porque ella había atentado contra su vida y eso no era una manera épica de morir. El suicidio es una manera bastante atrevida de retar los parámetros de Fidel de que sucidarse es cosa de cobardes".

La última vez que Fidelito apareció públicamentre fue el 8 de enero de 2009, cuando se vistió de verdeolivo. Él tenía muchas similitudes con su padre, la barba, corpulento, alto y protagonizó la réplica de la caravana de la libertad, que se hace todos los años, de la entrada de Fidel a La Habana.

Lo destituyeron "no por meter la mano sino por meter lo otro"

Sobre si hubo señales de que Fidel Castro Díaz-Balart estaba sufriendo una depresión, Juan Juan Almeida comentó que cuando Fidelito estaba al frente de la Comisión Nuclear, por determinadas razones, fue destituido de sus cargos. Corrió la idea de que había sido por malversación, por determinados desvíos de fondos que no le pertenecían, no a él, sino a la institución que presidía. Recuerdo, porque estaba presente, yo estaba con mi padre y él le preguntó por qué lo habían quitado y Fidelito contestó: "Almeida a mí no me quitaron por meter la mano, sino por meter lo otro".

"Se había empatado con una española y muchos habían dicho que como él manejaba determinada información, era peligroso que diera determinados datos, en cuanto al desarrollo de la energía nuclear. Todo eso sí le causó muchísima depresión. Y no fue el primer evento depresivo que tuvo en su vida. Tuvo otros. Este último desemboca en esto porque hace dos meses, más menos, intentó sucidarse. Fue un intento fallido. Estuvo ingresado en la clínica de 43, donde dicen que se tiró de un cuarto piso".

Un ciudadano de segunda clase

Juan Juan Almeida ha estado en esa clínica donde se suicidó Fidelito, que pertenece a la Seguridad Personal de Cuba y al Consejo de Estado. Además de un centro médico es un centro militar. En ella se atendían dirigentes, escoltas, amigos, familiares, queridas y muchas otras personas que tenían acceso a las personas que toman decisiones en Cuba. A los pacientes los meten en una habitación y a los escoltas, en otra. Bien puede haber abierto la ventana y haberse arrojado, como dicen que sucedió.

En esa clínica, cuenta Juan Juan, estuvo ingresada la hija de un Castro con un tratamiento contra la adicción a las drogas. Ella abría la ventana y metía dentro a un conocidísimo actor español para tener relaciones. "Te puedo decir que hay control, pero se puede vulnerar perfectamente".

Almeida muestra su extrañeza por el hecho de que a Fidelito lo hayan ingresado en la clínica de 43, que en los últimos años se estaba utilizando para atender a personas "de segundo nivel". La familia Castro no se atiende ahí. Se atiende en el Cimex. ¿Por qué Fidel Castro Díaz-Balart estaba allí ingresado? Pues porque ya estaba siendo también un ciudadano de segunda clase.

Él asegura que no puede confirmar que Fidelito haya mantenido relación con su familia Díaz-Balart de Miami. Sí reitera que él tuvo una relación estrecha con su madre, Mirta Díaz-Balart. "Tengo entendido que alguna que otra vez se vieron fuera de Cuba, pero yo no lo vi, no lo conozco y no tengo ninguna información".

Sobre las similitudes entre lo que está ocurriendo en Cuba y lo que pasó con la extinta URSS, Almeida, que estudió en Rusia, asegura que él cuando ve lo que está pasando en Cuba tiene la sensación de que eso ya lo vivió. En su opinión, la generación que mandará en el partido, que es el que tiene el poder político, deberá sus lealtades a las becas donde estudiaron, a sus amigos, pero no a la generación ni de la Sierra de las otras guerras en las que se metió Cuba. Ellos son los que harán los cambios en la Isla. "Gorvachov era un desconocido antes de hacer todo lo que hizo. Era parte del partido y de la KGB".

"El dolor que llevó en su vida fue muy grande"

"Muchas veces digo que en Cuba no hay doble moral. No hay ninguna. Fidel Castro Díaz-Balart no es ni el primer hijo de dirigente en Cuba ni el último que se suicida. Diana Amejeiras, hija del general Amejeiras, saltó al vacío y se suicidó. Si hacer una huelga de hambre cuenta, yo también soy un suicida. Es una manera muy diferente de enfrentar la Revolución cubana".

Hace muchos años que Juan Juan Almeida no tenía ninguna relación con Fidel Castro Díaz-Balart. "Mirándolo desde la distancia creo que fue una persona amable. Un hombre que intentó borrar todo el sufrimiento que tuvo desde la separación familiar y por ser hijo de un hombre que por estar clavando su imagen en la historia no le dio espacio a ninguno de sus hijos. Los ninguneó. Los ignoró. Debe haber sido muy difícil para él ser hijo de una persona a la que te une una dualidad: tienes un padre muy importante, pero no lo sientes como padre. El dolor que llevó en su vida fue muy grande. Él quiso borrar todo eso siendo un padre increíble de sus tres hijos. Borró todos los traumas que le perseguían como fantasmas desde su niñez. Fue un excelente padre y eso yo lo admiro muchísimo".

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