Las personas que quieran volar un dron en la Plaza de la Revolución ya están advertidas de no hacerlo. Una señalética recién inaugurada advierte a todos los interesados en tomar imágenes aéreas del lugar usando estos cómodos y novedosos aparatos de que está absolutamente prohibido.
En realidad la medida ya había sido establecida desde hace un buen tiempo, aunque de ello se encargaban los guardias del lugar, "objeto de culto y peregrinaje" para los turistas que visitan la capital del país.
En el año 2016, el ciudadano canadiense Chris Hughes fue arrestado, y envíado a prisión, por volar uno de estos aparatos en la zona.
Hughes permaneció en una prisión cubana durante todo el proceso investigativo, hasta que fue liberado 14 días después de su arresto.
“No sabía qué cargos me imputaban. No sabía cuánto tiempo estaría. Estaba solo por mi cuenta en un habitación con dos sábanas, un almohada y una barra de jabón. No sabía dónde estaba y al despertar en la mañana siguiente, la pesadilla continuaba.”, explicó Hughes durante una entrevista, en la cual aseguró que fue tratado "como un espía".
La Aduana de la Isla aún mantiene "bajo revisión" el tema de la importación de estos aparatos voladores al país.
En mayo de 2017 emitieron una nota en la cual reconocían que su importación "no estaba prohibida", pero sugería y agradecía "a los pasajeros que viajen al país, abstenerse de importar este tipo de medios, con el fin de evitar todo tipo de molestias."
Aunque pueda parecer "rara" esta prohibición, existen normativas que regulan el vuelo de estos aparatos en determinadas zonas, en distintos países, tal y como atestiguan estas fotos.
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