La falta de recursos y los escasos salarios impiden a muchos cubanos celebrar la fiesta navideña si no óptima, al menos en condiciones aceptables.
La realidad es que la cena de Nochebuena puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza puesto que los precios de los alimentos, ya de por si elevados, se disparan para los bolsillos de los trabajadores.
"En Cuba tenemos que luchar mucho para tener una Navidad como Dios manda", aseguró un ciudadano de la Isla.
"El salario del cubano no se corresponde para hacer una cena en condiciones", añadió otro.
Sin embargo, para muchos, pese a las dificultades, estas fechas siguen siendo un buen momento del año para reunirse y disfrutar en familia.
En 1997, poco antes de la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, el Gobierno de la mayor de las Antillas declaró como feriado este día que, hasta el momento, era laborable como cualquier otro.
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