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José Ariel Contreras siembra boniatos en su casa de Estados Unidos

En torno a nueve minutos de agradable charla en que el ex-pelotero cubano José Ariel Contreras, con suma sencillez y humildad, vuelve a demostrar por qué fue y sigue siendo tan querido entre todos los cubanos.

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Este artículo es de hace 6 años

Estamos ante una entrevista realizada por el periodista Bobby Salamanca Jr. para Martí Noticias, en la que José Ariel Contreras ―quien fuera lanzador de la MLB y previamente del equipo de Pinar del Río y de la selección cubana de béisbol― habla de cómo es su vida tras el retiro del deporte profesional y también de otros temas; entre ellos de la bonita relación de amistad que lo une a Orlando "El duque" Hernández, otro importante pelotero de la Isla que también pasó por Grandes Ligas.

Contreras ha explicado que en el béisbol profesional lo que más le costó fue ajustar la zona de strike y argumenta que en la MLB los bateadores son bastante más selectivos y fuertes. Ello lo obligó a concentrarse y, tras conseguirlo, empezaron a venir los buenos resultados.

En ese sentido destaca la ayuda que recibió de "El Duque" desde el comienzo, tanto en su adaptación profesional como personal. Explica que su relación con él siempre fue muy buena y que El Duque siempre lo animó y lo ayudó mucho

De hecho, Contreras afirma que parte de sus resultados en la pelota profesional se los debe precisamente a Orlando "El Duque" Hernández.

El ex-pelotero de Pinar del Río relata también cómo es su vida tras el retiro del deporte. Precisa que lleva a su hijo a la escuela y que siembra en su casa lo mismo boniato que árboles frutales y diferentes cultivos. Insiste en que sus orígenes son campesinos, y que por ese motivo conserva esas inclinaciones como parte de sus raíces.

Argumenta que vive en Florida justamente por el clima, que le permite imaginar que es como un pedacito de Pinar del Río, y recuerda que para él fue duro el tiempo que vivió en Chicago o en Nueva York porque no le agrada el frío.

Interrogado sobre cómo fue darse cuenta que ya debía retirarse, responde que fue muy difícil de reconocer. En su caso tuvo la suerte de jugar 12 años en Cuba, 11 en Grandes Ligas y luego siguió un tiempo en otros países. Explica que un buen día se dio cuenta de que ya debía parar, y así, sin mucho drama, lo dejó.

En torno a nueve minutos de agradable charla en que el ex-pelotero cubano José Ariel Contreras, con suma sencillez y humildad, vuelve a demostrar por qué fue ―y sigue siendo― tan querido entre todos los cubanos.

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