El "alma" soviética persiste en Cuba a pesar del paso de los años

Sobran en Cuba elementos que recuerdan una alianza cubano-soviética que se extendió durante tres décadas.


Este artículo es de hace 6 años

La conmemoración de los 100 años de la Revolución Bolchevique se ha convertido en una buena excusa para reparar en las huellas que todavía persisten de la Unión Soviética en Cuba.

La abundancia de nombres de origen rusos, autos, electrodomésticos, parques, escuelas, armas, dibujos animados y otras muchas intromisiones de la cultura soviética en la Isla recuerdan una alianza que se extendió durante tres décadas y que muchos recuerda, incluso, como nostalgia.

El habitual choteo criollo no perdonó la falta de refinamiento soviético ni su atraso tecnológico en algunas áreas, y de ahí que acabaran bautizados como "los bolos".

Sin embargo, algunos de los 250 mil cubanos que estudiaron en la URSS defienden la cultura y la esencia soviética. Uno de los entrevistados en este reporte de AFP precisa que "La gente con poca o mala información establece criterios sobre la Unión Soviética totalmente absurdos, dicen muchos disparates”.

Y añade: "Los rusos me enseñaron a ir a un teatro, a deleitarme con la música clásica, a ir al ballet, a un museo. Eso no me lo enseñó ningún cubano".

Si bien el realismo socialista no penetró la cultura cubana, los cines proyectaban muchas películas soviéticas con poca aceptación general de un público acostumbrado al cine norteamericano. En otros aspectos tampoco consiguieron calar hondo, pues en los bares el vodka nunca se impuso al ron cubano.

En todo caso, resulta significativo que la migración rusa a Cuba es la más numerosa después de la española. Unos 20 mil técnicos soviéticos trabajaron en la Isla en disímiles ramas a lo largo de 30 años, y hoy día todavía existe un Consejo de Coordinadores de la comunidad ruso parlante de origen soviético en Cuba, que consta de unos 5 mil miembros.

El cuentapropismo también ha sabido sacar partido de la nostalgia soviética, según precisa en este reportaje uno de los trabajadores de “Nazdarovie (¡Salud!)” un restaurante privado de inspiración soviética situado frente al malecón habanero y en el que se pueden encontrar matriohskas, carteles, samovares y gran cantidad de objetos que ambientan el lugar.

"Mucha gente viene acá, mucha gente llora estando acá, pensando en los momentos cuando estaban allá, dicen que es su segunda patria”, destaca.

Sin embargo, cuando la Unión Soviética se desintegró en 1990, Cuba recibió un duro golpe, que desató una fuerte crisis económica y el conocido Período Especial, que hundió en la más conmovedora carencia a los cubanos durante varios años.

Con el paso del tiempo, Rusia regresó como socio comercial, dispuesto a colaborar con amplios créditos y tecnologías en transporte, electricidad, industria pesada, y se prevé la pronta llegada de Ladas modernos y ventas de petróleo.

A ello se suma que el número de turistas rusos en Cuba en los primeros cinco meses de este 2017 alcanzó la cifra de 47 mil, casi el doble del mismo período de 2016.

Más allá de datos y cifras que alimentan esa vuelta rusa, lo cierto es que muchos cubanos siguen saboreando la nostalgia de una etapa que, más allá de toda crítica, califican de dorada comparado con los años que vinieron después.

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