Tres días después de que el Departamento de Estado norteamericano anunciara la salida del 60% de su personal diplomático de La Habana y la paralización de concesiones de visas, la ciudadana estadounidense de origen cubano Alina López, fue condenada junto a su esposo, exdiplomático también cubano, por un delito de espionaje.
Según publica MartíNoticias, López se enfrenta a una pena de 13 años de prisión y su esposo, Félix Martí Milanés, a 17 años, ambos bajo la acusación de proporcionar información secreta, aunque la sentencia no será firme hasta el 24 de este mes.
El juicio contra López y Martí Milanés se celebró en la Sala de Justicia del Tribunal Militar de Marianao, el pasado 2 de octubre, después de haberse suspendido en dos ocasiones. Ni los acusados ni sus familiares habrían podido entrar en la sala.
Alina López está retenida en Cuba desde enero pasado y sus padres Alina Miyares, de 89 años, y Juan López, de 95 años, que residen en Miami, han vivido desde entonces los peores meses de sus vidas. Su hija contrajo matrimonio en Nueva York, hace diez años, con Félix Martí, ahora jubilado, que trabajó en la misión permanente de Cuba ante la ONU.
Alina López visitó La Habana y a la salida la retuvieron en el aeropuerto. Las preguntas inciales se convirtieron a la larga en una investigación de la contrainteligencia cubana.
La familia de Alina López acudió a la Embajada de Estados Unidos en Cuba, pero la respuesta ha sido nula. Su madre ha hablado incluso con congresistas estadounidenses y tampoco le han contestado.
Alina López nació en 1959 y abandonó Cuba a los ocho años, en 1967. Se educó en los Estados Unidos, es maestra y tiene tres doctorados. Recientemente se había repatriado a Cuba.
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