El Gobierno de Canadá ha lanzado un mensaje directo a sus ciudadanos: tengan cuidado con sus viajes a Cuba, que nunca salen a salvo de ellos.
La página web del gobierno canadiense -sección Travel- ha emitido una alerta a sus distraídos e inocentes viajeros donde, entre otras especificidades, aclara: “Cuidado con los jineteros que se especializan en engañar y defraudar a los turistas. Si bien la mayoría de los estafadores hablan algo de inglés o francés y se esfuerzan por parecer amigos, ofreciendo servir como guías o facilitar la compra de cigarros, muchos son criminales que pueden recurrir a la violencia para robar el dinero de los turistas y otros objetos de valor”.
Entre los avisos que emite el Gobierno, tan protector con sus viajeros que se desbocan, al parecer, por conocer una Isla que se ha puesto últimamente de moda, se encuentra el de sus fugas turísticas a los hermosos Cayo Coco y Cayo Santa María, donde las pieles de los canadienses logran captar algo de sol, pero que hoy están devastados por el paso del huracán Irma, tal como Puerto Rico, Texas o el Sur de la Florida. No obstante, su gobierno les aconseja -algo que ya ellos seguro sabían- “evitar todos los viajes” a dichos centros turísticos.
Por su parte, la Agencia de Salud Pública de Canadá alerta sobre la presencia del virus Zika en la Isla, y recomienda que “las mujeres embarazadas y aquellas que estén considerando embarazarse deben evitar viajar a Cuba”.
Y continúa: El “hurto de bolsa y la agresión ocurren. Cada vez más, los canadienses son víctimas de estos crímenes, especialmente en La Habana. El robo ocurre generalmente en lugares apretados tales como áreas turísticas, mercados y playas. Tenga en cuenta el robo de habitaciones de hotel, sobre todo en alojamientos privados (casas particulares). El robo de los coches es común”.
Ciertamente, el gobierno canadiense parece conocer la Isla a pie juntillas, y sus ciudadanos son los bocados perfectos que esperan al acecho los cubanos.
“Lleve sólo pequeñas cantidades de dinero y evite mostrar signos de riqueza, como joyería llamativa y relojes. Nunca lleve bolsas y bolsos sueltos sobre un hombro. Mantenga los dispositivos electrónicos como teléfonos celulares, tabletas, ordenadores portátiles y cámaras fuera de la vista, ya que son particularmente atractivos para los ladrones. Nunca deje sus pertenencias personales desatendidas en la playa. Bloquee sus objetos de valor, pasaporte y otros documentos de viaje en su caja fuerte del hotel. Lleve una fotocopia de la página de identificación de su pasaporte en todo momento”.
Después de tantas recomendaciones, ¿le quedará a algún canadiense ganas de visitar el país?
Pero esto no acaba: “El robo de artículos de equipaje facturado en los aeropuertos cubanos ocurre, por lo que las maletas, incluidas las maletas cerradas, se abren y se retiran los artículos. No lleve objetos de valor en su equipaje facturado. Todas las bolsas se radiografían rutinariamente a la llegada y salida como parte de los procedimientos normales de seguridad”.
Y para más información de los pobres y asediados canadiense, su Gobierno les dice: “Los incidentes de delitos violentos generalmente se asocian con asaltos cometidos durante un robo o robo. Si usted es amenazado por ladrones, mantenga la calma y no resista”.
Entre otros consejos están el tener cuidado al retirar efectivo de las máquinas bancarias automatizadas (ABM) o cambiar moneda en las agencias de cambio estatales (cadecas) y evitar vendedores callejeros independientes; estar alertas con los “falsos agentes turísticos o taxistas que operan en todo el país”.
Además, en caso de crímenes, les dicen a los canadienses, “insista en recibir un Comprobante de Denuncia, que es un documento que confirma que se ha presentado un informe. Los oficiales de policía sólo hablan español”, una importante aclaración esta.
“Nunca recoja en autostopistas, ya que hacerlo podría ponerlo en riesgo”, dicen, y también les piden que eviten conducir en Cuba, “ya que las condiciones pueden ser peligrosas. Las principales carreteras este-oeste están en buenas condiciones pero carecen de suficiente iluminación. La mayoría de las calles secundarias y carreteras están mal iluminadas e inadecuadamente mantenidas. Las señales de tráfico son escasas y confusas”.
Además, muy informado el Gobierno canadiense les comunica que “los accidentes de vehículos de motor son ahora la principal causa de muerte accidental en Cuba. Si tiene que conducir, hágalo defensivamente todo el tiempo. Algunos coches y la mayoría de las bicicletas no tienen luces corrientes. Los peatones y los carros tirados por caballos utilizan el medio de la carretera y no ceden fácilmente a los vehículos que se acercan. Los animales itinerantes representan un riesgo. La mayoría de los coches cubanos son viejos, están en malas condiciones y carecen del equipo de seguridad estándar. Los vehículos inoperables se dejan a menudo en el camino hasta que se reparen”.
A sus mujeres les dicen: “Se producen agresiones sexuales contra mujeres extranjeras”. Sobre el transporte público, que a diario sufren los cubanos y que los canadienses -si quisieran- se subirían por una semana, algo que los divertiría más que angustiarlos, les dicen: “Los autobuses de la ciudad están abarrotados y mal mantenidos, y el servicio de autobuses es esporádico”.
Algo bueno refieren: “Los taxis oficiales son generalmente confiables”. Sin embargo, corrigen, “evite los taxis privados sin licencia, así como los vehículos privados de viejo modelo que se ofrecen como taxis. Estos últimos no están equipados con características de seguridad estándar y no hay cobertura de seguro para los pasajeros en caso de un accidente. Amarillo, los taxis de tres ruedas de Coco son inseguros y deben ser evitados”.
Otro argumento importante es que “la comunicación telefónica es un problema. A menudo no se responde a las llamadas, incluso en las principales instituciones. También existen problemas técnicos, ya que el sistema de telecomunicaciones es anticuado y poco fiable. Las llamadas pueden estar conectadas a un número diferente del que se marcó”.
Por último advierten, porque los canadienses, además son mayores de edad: “La decisión de viajar es su elección y usted es responsable de su seguridad personal en el extranjero”.
No obstante, según publica el sitio Panamerican World, de acuerdo con el motor de búsqueda de viajes Kayak, La Habana ocupa el primer lugar en la preferencia de los turistas canadienses. Sabrán ellos por qué lo hacen.
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