Sin dudas, los países de Europa del Este no pretenden dejar escapar el recuerdo de Fidel Castro: en el municipio de Olénevka, en Crimea, develaron un monumento dedicado a quien fuera el presidente de Cuba por casi medio siglo.
Pero no les basta con un monumento. Según Dmitri Polonski, vicejefe del Gobierno de Crimea, se prevé también construir en Olénevka un malecón de cuatro kilómetros de largo que lleve el nombre del fallecido exmandantario cubano.
La escultura, que estuvo a cargo de artistas locales, consiste en un monolito de dos metros con un retrato en blanco y negro de Castro.
Desde 2014, la península de Crimea forma parte de la Federación Rusa. Muchos creen que pertenece a Ucrania, pero lo cierto es que luego de la Declaración de Independencia aprobada por el gobierno y el referéndum en el que el 95,6 % de la población votó a favor de la unión, Crimea forma parte del país ruso.
Como si no bastara, el 1 de marzo de 2017 se inauguró una plaza en el noreste de Moscú que también lleva el nombre de Fidel Castro.
Cuba y la Unión Soviética estuvieron unidas por un lazo ideológico y militar durante décadas a tal punto que la económica de la isla dependía de los países de Europa del Este.
En 1991, tras el colapso de la URSS, los soviéticos se fueron de Cuba dejando una severa crisis económica. En dos años cayó un 35% del Producto Interno Bruto provocando la crisis económica más profunda en la historia la isla conocida como el Período Especial.
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