Manolín: "No es Clinton, no es Bush, no es Obama, no es Trump, son los Castro"

Se llamaba Clinton, luego se llamaba Bush, después se llamaba Obama, ahora se llama Trump.

Y así, a lo largo de más de medio siglo han ido cambiando los apellidos de los presidentes de Estados Unidos, pero no el apellido de los de Cuba. Los de la Isla han sido siempre los mismos y con la misma conducta: los Castro.

Ese es precisamente el problema de Cuba, que no cambia el apellido de sus presidentes, ni la mentalidad de sentirse amos, siguen con el mismo "cuento chino".

Los Castro siempre han dicho estar dispuestos a dialogar con Estados Unidos, pero no con los cubanos, que es con quienes tienen que conversar primero que todo, con los cubanos de adentro y de afuera.

Pero no, la soberbia, la equivocación y la arrogancia son muchas.

Ellos dirán:

"¿Quién dijo que con los rehenes se conversa?, se conversa siempre con quien quiere liberarlos, en este caso, con los Americanos".

"¿Quién dijo que con los negros cimarrones se conversa?, que vengan a entregarse y a los que dejemos entrar, que se sumen a los demás rehenes y esclavos y se callen la boca".

Ese es el problema de Cuba, hasta que no cambien el apellido y la conducta de los presidentes de Cuba, no se resolverá el problema cubano.

Cuando los Castro o el que este de turno, se metan en la cabeza o se lo metamos nosotros a la fuerza, que no son los dueños de Cuba y que Cuba es de todos los nacidos del Cabo de San Antonio a la Punta de Maisí, sean del color y de la raza que sean, del sexo y de la religión que sean, sean del pensamiento político que sean, todos somos dueños de Cuba y todos tenemos los mismos derechos.

Hasta que en Cuba no llegue al poder alguien sensato y haya un cambio real y profundo de mentalidad, el problema cubano no se resolverá.

"No es Clinton, no es Bush, no es Obama, no es Trump, son los Castro".

Manolín.