La Habana (EFE).- Brahim Ghali, presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), llegó ayer a Cuba en una visita oficial que se produce un mes después de que la Isla restableciera sus relaciones diplomáticas con Marruecos y durante la cual se reunirá con Raúl Castro.
La agenda oficial de Ghali se inició este viernes con un "acto de solidaridad" en la sede del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), organizado por esa institución, la Asociación de Amistad Cubano-Árabe y la Embajada de la RASD en el país caribeño.
Por la tarde, como es tradición en las visitas de altas personalidades a Cuba, el presidente saharaui depositará una ofrenda floral ante el monumento al prócer cubano José Martí en la Plaza de la Revolución, y después previsiblemente se reunirá con Raúl Castro.
El máximo representante de la RASD llegó a La Habana procedente de Ecuador y fue recibido en el aeropuerto de la capital por el vicecanciller Abelardo Moreno.
"África está muy orgullosa de Cuba", declaró Ghali a su llegada, según transmitió la televisión estatal de la Isla.
También dijo que el país caribeño es un "hermano" y un "aliado", transmitió sus "más calurosos saludos al pueblo hermano cubano" y destacó la coincidencia de llegar a la Isla en la misma jornada en la que se celebra el Día de África.
Cuba y la RASD establecieron relaciones diplomáticas en enero de 1980 y el Gobierno de La Habana colabora con esa nación árabe en áreas como salud y educación, con médicos y maestros en los campamentos de refugiados, además de otorgar becas a jóvenes saharauis para que estudien en el país caribeño.
La RASD reivindica la independencia de la antigua colonia española del Sahara Occidental, cuyo territorio ocupa Marruecos, país con el que Cuba no tenía relaciones diplomáticas desde 1980, cuando Rabat decidió romper los vínculos como respuesta al reconocimiento cubano de la República Saharaui.
El 21 de abril pasado, Cuba y Marruecos reanudaron las relaciones diplomáticas con la firma de un acuerdo en una ceremonia que tuvo lugar en la sede de la Misión Permanente de la isla ante la ONU en Nueva York, y Rabat manifestó su deseo de abrir en breve una embajada en La Habana.
Semanas antes, el rey de Marruecos, Mohamed VI, había realizado junto a su familia una visita a Cuba en la que, según medios marroquíes, visitó uno de los paradisíacos cayos de la costa norte de la isla y también se alojó en un hotel de lujo en el centro de La Habana.
En Cuba no trascendió entonces información oficial sobre esa visita al tratarse de un viaje de carácter privado.
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