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El Real Madrid liquidó al Bayern de la Champions, lo mandó a la calle. Marcador final de cuatro goles por dos para los blancos, que perdieron y ganaron en el Bernabéu, todo eso de una vez. Primero sufriendo y perdonado, pero luego, castigando y arrancándole las costuras al gigante bávaro en la agonía de los tiempos extras. Volvió a mandar Cristiano que, de paso, llegó a los cien goles en Champions y puso a los blancos en su séptima semifinal europea de forma consecutiva. Nadie lo ha hecho.
Partido de alto voltaje el jugado en Chamartín, trepidante. No le faltó nada al clásico europeo. Hubo nervios, vértigo, ida, vuelta, pifias arbitrales pero también dos nombres propios: Cristiano Ronaldo, que anotó por partida triple, y un Marcelo sublime, que ya va dejando su marca en el carril izquierdo de la historia del Madrid.
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El Bayern, por su parte, fue otro en la vuelta, mejor dispuesto en la cancha, sobre todo en los inicios de los dos primeros periodos. Por juego y ocasiones, no superó al Madrid, pero administró bien sus recursos, llevando peligro con Robben y Ribéry por los costados e incomodando a la zaga merengue con la presencia de Lewandowski en el área.
Sostenidos por un Manuel Neuer, gigante bajo palos, lograron los de Ancelotti lo que pocos en feudo madridista: ganar y llevar el partido al alargue. Los goles, de Lewandowski de penal a los 53 y de Ramos en propia puerta a los 78 cuando el Madrid todavía celebraba el empate de Cristiano. Ahí, el Bayern tuvo al campeón contra las cuerdas, pero calculó demasiado el rigor de la eliminatoria, y lo dejo ir.
Por momentos, lo del Bayern fue admirable, pero no suficiente. El villano del partido, otra vez Vidal, que fue mal expulsado por el principal Victor Kasai, pero que estaba de más en el campo desde los inicios del segundo tiempo. La inferioridad numérica condenó al Bayern, que se encomendó a buscar una contra salvadora que nunca llegó. El resto era esperar a que el Madrid hiciera valer el hombre de más en el campo, como terminó ocurriendo.
En la prórroga, los blancos fueron el único equipo en la cancha. Llegó entonces un segundo gol del Madrid, un tercero y un cuarto. Volvió a aparecer Cristiano, primero recibiendo en offside un balón en el corazón del área y definiendo de zurda ante Neuer y, luego, finalizando a puerta vacía una corrida maradoniada de Marcelo, que se fue de todo el Bayern para servirle el gol al portugués. La puntilla la clavó Marco Asensio, que coronó su gran partido con una buena maniobra individual.
Así, el Madrid, que desde el curso 2010-2011 no se baja del tren de las semifinales, aguardará por los ganadores del Mónaco-Dortmund y Barcelona Juventus. En semis, espera también el Atlético del Cholo, que superó al Leicester en el King Power Stadium.
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