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Según señaló el Washintong Post, la administración Obama estaría preparando nuevas sanciones contra Rusia como castigo por su supuesta intervención en las elecciones presidenciales estadounidenses.
El presidente estadounidense responsabilizó a Rusia de la filtración de correos de Hillary Clinton y su consiguiente influencia en el resultado electoral.
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Pese a que Obama anunció que este hecho no quedaría impune, lo cierto es que la legislación estadounidense concede al presidente la autoridad para responder a los ataques informáticos procedentes de otros países pero no contempla los ataques dirigidos a influir en las elecciones presidenciales.
Por este motivo, el presidente Obama se ha visto obligado a trabajar contrareloj en una nueva directiva para imponer nuevas sanciones a Rusia ya que, según afirmó después de las elecciones, la acción rusa no quedaría impune.
En menos de un mes Barack Obama dejará de ser presidente de los Estados Unidos y comenzará el mandato de Donald Trump, quien calificó como ridícula la supuesta vinculación de Rusia en la filtración de los correos de Hillary Clinton.
Así las nuevas sanciones contra Rusia deberán ser anunciadas por Obama de manera inminente.
Sin embargo, las sanciones a Moscú no parecen ser la solución ideal al problema. En este sentido Obama declaró: "ya tenemos un número enorme de sanciones contra los rusos" por sus supuestas actividades en Ucrania, hecho que no ha cambiado la actitud de Kremlin.
Por su parte, la portavoz oficial de la cancillería rusa, María Zajárova, declaró: "Si de verdad Washington da nuevos pasos hostiles, recibirá una respuesta".
Además María Zajárova añadió: "Tal vez a la Administración de Obama no le importa del todo lo que ocurra con las relaciones bilaterales, pero es poco probable que la historia le perdone el comportamiento de acuerdo con el principio 'después de nosotros el diluvio'".
La política de Trump en Rusia
Por otro lado, los medios de comunicación estadounidense critican el posible acercamiento de Trump y Putin al tiempo que cuestionan la elección de Michel T. Flynn y Rex Tillerson, dos hombres con negocios en Rusia que serán dos cercanos asesores del nuevo presidente.
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