El reporte emitido desde las oficinas de Langley en el propio cuartel de la Central de Inteligencia Americana, CIA, referente a que piratas informáticos rusos habían hackeado las elecciones presidenciales en los Estados Unidos el pasado 8 de noviembre, ha sido calificado por el magnate republicano ganador de estas elecciones Donald Trump de ridículo.
El informe da por sentado el hecho de que, al hackear los resultados electorales, "los rusos" le habrían hecho un favor a Trump, pero más que eso: implícito queda el hecho de que el sistema electoral norteamericano no es tan democrático, ni tan seguro, como desde siempre ellos han proclamado.
Trump dijo que esto "es ridículo" y que los rusos no tuvieron nada que ver en ello.
Sin embargo, en realidad no se trata de "un reporte", pues fueron varias las agencias encargadas de "certificar" si hubo o no hubo piratería informática, y todas concluyeron lo mismo: la hubo.
Ahora, para colmo de males, la negativa de Trump de poner en duda un reporte de la CIA, socava también otro de los pilares de la nación: sus servicios de inteligencia.
¿La CIA miente?
En realidad las pruebas no han sido expuestas a la opinión pública, y lo que los diarios están diciendo es "lo que la CIA dice que ocurrió".
Pero... ¿qué ocurrió en realidad?
Lo único cierto, según Sean Spicer director de comunicaciones del Comité Nacional Republicano, es que "nadie ha visto esas pruebas".
Y no sólo eso.
"Trump ganó con 306 votos electorales, 2300 condados y más de 6 millones de norteamericanos votaron por él," dijo Spicer en una sincera declaración la cual arrancó con un pedido expreso a la CIA y a los demócratas: "Muéstrenme las pruebas de que hubo hackeo ruso".
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