Lo mismo que sus rimas ripiosas, salta a la vista el frecuente y explícito contenido sexual de los reguetones de moda. Esa característica del género es la que más se ha esgrimido para descalificarlo, como si el mero hecho de referir sexo demerite el valor de cualquier producto cultural.
Específicamente en Cuba, cuando se prohibió su reproducción en espacios públicos el año 2012, se arguyó que poseía “textos agresivos, sexualmente explícitos, obscenos, que tergiversan la sensualidad consustancial a la mujer cubana”.
Pero ¿qué pasa con las canciones anteriores a la era reguetón? ¿No se han compuesto y popularizado canciones del son, la trova, la guaracha, la rumba, la salsa y la timba, cuyas letras aluden a imágenes y narraciones sexuales como hace el reguetón sin que se les descalifique públicamente? ¿Por qué ellas no son obscenas y el reguetón sí?
¿Qué es lo obsceno? ¿Letras sexuales desnudas de metáforas con rimas desafortunadas? ¿Quién decide si una canción es obscena o no?
Muchos dirían que la letra de un reguetón es obscena y que la de un clásico de la canción cubana no pues la segunda aborda alusivamente lo sexual, con buen gusto, apelando al doble sentido, a la metáfora y a la rima redondeada mientras la primera no. Pero ¿acaso los reguetones ‘sexuales’ carecen de ‘doble sentido’?
Los criterios o prejuicios para considerar ‘obscena’ una canción siempre son relativos, subjetivos, dependen de un contexto que a su vez condiciona cómo debe ser reflejado el sexo culturalmente. Solo recordemos cómo muchos de los actuales clásicos de la canción cubana fueron considerados indecentes en su época por ciertos sectores sociales.
Y es que hasta cierto punto se entiende que el reguetón aborde lo sexual de un modo más desinhibido, lúdico y explícito en correspondencia con una sociedad en la que el tema es mucho más público y normalizado que en épocas anteriores.
El ranking de las diez canciones más sexuales de la música popular cubana que a continuación proponemos va en función de contrastar el nivel real de sexualidad explícita del reguetón con el del repertorio de géneros tradicionales cubanos. No se seguirá un orden muy cronológico sino más bien temático. De más está decir que nuestra lista está abierta a la revisión, aportación o crítica directa de nuestros lectores.
1. Échale salsita
Anécdota de Ignacio Piñeiro en Catalina de Güines que en voz de Celeste Mendoza alcanza un hondo erotismo con palabras como ‘bacanal’, ‘salsita’, ‘butifarra’. La asociación entre el personaje ‘Congo’ y la ‘butifarra’ adelantan el estereotipo del negro sexualmente dotado y fogoso de otras canciones de nuestra lista. Por otro lado, este tema abre la estela de metáforas culinarias y del paladar de nuestra lista para aludir a la sensualidad.
2. La cachimba de San Juan
Otro tema de Ignacio Piñeiro inspirado en San Juan, ferretero, empedernido fumador de pipa que ayudaba a escoger los artistas a contratar por la casa de grabación Victor en Cuba. Si el Chupi chupi tiene algún antecedente en la música cubana, sin dudas este es el más remoto de ellos.
3. Quimbombó que resbala (pa'la yuca seca)
Uuna de las metáforas sexuales más contundentes de la música popular cubana: no necesita comentarios por su fácil interpretación, ni se queda corta comparada con la carga sexual de cualquier reguetón actual. Este será el primer ejemplo de la ‘yuca’ como alusión al falo. Aquí la sexualidad y la genitalidad se expresan alegóricamente con términos del mundo de la cocina, la horticultura y la degustación. De Luis Lilí Martínez Griñán es otro estribillo merecedor de figurar también en esta lista: “Esa cosa que me hiciste, mami, me gustó, me gustó/ Solo con eso necesito lo que me diste anoche, te juro que hasta el cielo me llevó”.
4. Dile a Catalina (que se compre un guayo que la yuca se me está pasando)
Como el caso anterior, otra vez la metáfora culinaria y de la horticultura de 1948 de Arsenio Rodríguez que identifica nuevamente a la vianda, específicamente, la ‘yuca’, con el pene. La improvisación de Oscar Valdés con el grupo Irakere en 1981 le aporta a la letra más sexualidad aún.
5. El negro está cocinando
De César ‘Pupy’ Pedroso, pianista y coautor de Juan Formell en los Van Van, este tema (1999) en la voz de Pedrito Calvo es la apoteosis metafórica del mundo de la cocina, la comida, el paladar y la sensorialidad como expresión de la sexualidad y erotismo cubanos: ‘cocinar’ equivale al acto sexual, la ‘yuca’, el ‘plátano’, la ‘malanga’ y la ‘vianda’, como en los ejemplos anteriores, nuevamente al pene. De nuevo encontramos la apelación al ‘negro’ como el estereotípico de dotación y fogosidad sexuales.
6. (A mí me gusta) que baile Marieta
Son picaresco del Guayabero, donde todas sus cuartetas transmiten imágenes y anécdotas sexuales gracias al doble sentido de rimas consonantes inesperadas y equívocas en la última palabra del último verso. Nuevamente encontramos el motivo de la ‘yuca’ como sinónimo de pene, además de alusiones al coito, a la felación, al sexo anal, a la prostitución e incluso a la zoofilia.
7. Los hermanos Pinzones
Chachachá conocidísimo en la interpretación de Miguelito Valdés que parodia jocosa y sexualmente la narración de la conquista española de América. Como en las cuartetas del Guayabero, el juego de rimas equívocas al final de cada verso sugiere todo tipo de alusiones sexuales, pasando por la homosexualidad masculina, el lesbianismo, la masturbación, la prostitución, los genitales y enfermedades de transmisión sexual.
8. El muñequito
Guaracha de Ñico Saquito prohibida durante la República: las alusiones sexuales al pene como ‘muñeco’ o al coito como ‘bailar’ pasaron a un segundo plano ante el contenido racial que, equívocamente en mi opinión, se tomó por racista al aludir jocosamente a rasgos faciales negroides de una de las protagonista de la canción, obviando el hecho de que es precisamente la negra la elección sexual del protagonista (“Y vino una negrita/ que por cierto era un totí/ era María Moñitos/ bembúa y jocicúa/ tenía la nariz chata/ y la bemba escarranchá/ con eso el muñequito/ se me quiso alborotar”).
9. Cuidadito, compay gallo
Fábula satírica de Ñico Saquito que narra un claro pero fallido intento de sodomización.
10. Inseminación artificial (la vaquita pijirigua)
Guaracha ochentera de Pedro Luis Ferrer cuya letra, al estilo de Ñico Saquito, consiste en otra fábula que satiriza la pretendida sustitución del apareamiento coital natural por métodos artificiales de laboratorio para lograr la concepción.
Foto: Marianela Dufflar /Cubadebate
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