La segunda temporada del certamen Sonando en Cuba consta de una serie televisiva de 13 capítulos, de 45 minutos de duración, con una transmisión semanal los domingos, y saldrá al aire entre agosto y octubre.
Los tres primeros programas fueron grabados y según se ha informado, el resto se transmitirá en vivo desde el Teatro Astral. Participarán los ocho finalistas de cada región del país, para un total de 24, y se dispondrá de una orquesta acompañante.
El público podrá votar a través de SMS, realizar llamadas telefónicas, o comunicarse a través de redes sociales como Facebook, Twitter, Youtube o por el correo electrónico sonandoencuba@gmail.com. Y los votos serán numerosos si se consigue interesar a un auditorio que, al principio, rechazó este proyecto por considerarlo una burda imitación de los reality shows de talentos llamados The Voice o The Voice Kids.
En esta ocasión, el director general es el realizador audiovisual Manuel Ortega, y el proceso eliminatorio será gradual, con presentaciones que contengan una variedad de géneros musicales, hasta que finalmente permanezcan tres finalistas por cada región.
Según Pablo FG, esta segunda edición “ha costado muchísimo esfuerzo, pero se ha hecho con entusiasmo y fe. El proceso de selección fue exhaustivo. Creo que era válido encontrar talentos por todo el país, que a veces no se conocen por fatalismo geográfico”, precisó.
Por su parte, Joel Ortega, productor ejecutivo, destacó que esta producción de RTV Comercial no representa solamente un programa musical, sino un proyecto cultural que parte de la necesidad de resaltar los valores de la cultura cubana.
En esta segunda temporada, que poco a poco va afianzándose en el gusto de los televidentes, se han eliminado algunos de los elementos más cercanos al reality show, pero todavía le queda un duro camino por mejorar en cuanto a la labor del coach y de los jurados, para explicar defectos y virtudes y que el programa resulte, además de entretenido, también educativo.
Paulito FG especificó que debido a las sugerencias hechas por el público durante el proceso de realización de la temporada inicial, se intenta hacer un programa más dinámico, y el diapasón se amplía hacia otros ritmos, aunque sin dejar de entender que Sonando en Cuba mantendrá en su centro el rescate de la música popular bailable.
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