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La Administración de Seguridad de Transporte (TSA) estadounidense dijo esta semana que no permitirá los vuelos directos a Cuba hasta que sus aeropuertos sean tan seguros como los de cualquier otro país extranjero.
"Antes de permitir que un vuelo venga aquí directamente desde Cuba, nos aseguraremos de que, de hecho, cumplen con todos los requisitos que exigimos en los puntos de embarque”, afirmó a la prensa el administrador de TSA ―Peter Neffengera― tras un discurso en el Centro Internacional Woodrow Wilson.
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Algunos legisladores han cuestionado si los aeropuertos de Cuba cumplen con las normas de seguridad de Estados Unidos o si pueden llegar a convertirse en una amenaza para la seguridad nacional.
De hecho, temen que los vuelos regulares aumenten las posibilidades de introducir bombas y terroristas al país.
Las aerolíneas y aeropuertos que envían vuelos directamente a los Estados Unidos deben proporcionar los nombres de los pasajeros y tripulantes a TSA, quien los examina rigurosamente.
El equipaje de los pasajeros y la carga también deben cumplir con los estándares de Estados Unidos.
"No cambiamos los requisitos por país", dijo Neffenger.
Y añadió:
"El principio es: Usted tiene que cumplir con un nivel equivalente de seguridad si desea volar a los Estados Unidos”.
La decisión ―revelada entre otros por el diario USA Today― llega en un momento clave, pues hace apenas una semana 8 aerolíneas estadounidenses recibieron la aprobación para cubrir un total de 20 rutas comerciales diarias, sin escalas, entre distintas ciudades del país y La Habana.
A ello se suma que el mes pasado los reguladores habían autorizado a 6 aerolíneas cubrir 9 destinos provinciales en Cuba.
Recientemente, John Katko, presidente del subcomité de seguridad nacional de Transporte de la Cámara, presentó un proyecto de ley que busca impedir que los aviones estadounidenses vuelen a la Isla hasta que no se conozca con lujo de detalles cómo funciona la seguridad en los 10 aeropuertos internacionales cubanos.
Katko ha manifestado que la falta de seguridad en un país tradicionalmente hostil a Estados Unidos podría ser una "pesadilla".
Otra preocupación que los legisladores han expresado es la falta de escáneres de cuerpo completo, que puede detectar bombas no metálicas.
La medida requiere que los agentes estadounidenses de la TSA inicien una investigación relacionada con los protocolos de vigilancia en las 10 terminales aéreas a las que arribarían los aviones estadounidenses, y permitir agentes federales en todos los vuelos entre ambos países.
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