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El Paseo de la Avenida del Puerto cuenta con la relativa novedad del espigón flotante que ha cambiado la apariencia de la bahía y ya no pasa inadvertido para quienes pasean por el Centro Histórico.
A partir del 2009, la Oficina del Historiador de la Ciudad se propuso restaurar esta parte del Paseo de la Avenida del Puerto y ha llevado a cabo la reanimación integral del tramo que se extiende desde el muelle Caballería hasta los Almacenes de San José.
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Según fuentes oficiales del departamento de urbanismo de la empresa Restaura se intentó redefinir el uso de la bahía, restaurar antiguos almacenes y convertir ciertos espacios públicos en factores generadores de oportunidades, desarrollo e intercambio económico, social y cultural, son los principales objetivos del proyecto.
En el 2013 fue anunciado que las funciones habituales del puerto se trasladarían a la Zona Especial de Desarrollo Mariel, por lo que la tarea primordial consiste ahora en la conversión de la rada habanera en un paseo turístico donde interactúen los transeúntes con el mar.
Muchos son los inmuebles que se encuentran previstos en este programa de restauración integral, entre ellos el edificio de la Aduana, el antiguo Almacén de la Madera y el Tabaco y el Emboque de Luz, sin embargo, no vale solo recuperar la historia de ese lugar, sino combinarla con aires contemporáneos.
El nombre del Emboque de Luz se fue olvidando con el paso del tiempo. En la bahía de La Habana existían cuatro emboques, el de Regla, Casablanca, Guanabacoa y la Luz, y ahora se ha reparado este último, con el objetivo de retomarlo como atracadero de las lanchitas que transportan a personas en las rutas puerto-Regla, puerto-Casablanca.
Miles de norteamericanos que huían de la Ley Seca entraron a Cuba por este puerto y con ellos, la gran mayoría de los autos clásicos que viajan a diario en nuestras calles durante la década de 1930. En 1942 abandonó su función para convertirse en Cuartel de Bomberos durante la Segunda Guerra Mundial y auxiliar al puerto en caso de incendios. Después de terminada la acción bélica continuó con esta labor, de ahí la pérdida de su nombre original.
El Emboque de Luz iba a ser demolido pero luego apareció la idea de crear una estructura metálica sin destruir la nave. Con la fachada de cristal, en la primera planta funciona el muelle, mientras que el segundo sirve de cafetería-mirador para aprovechar la bella vista al mar.
En comunicación con el Emboque está el Paseo Marítimo de Paula, espigón flotante en forma de T que ha permitido una mayor interacción entre los transeúntes y el mar. La obra se ejecutó en dos etapas. Comenzaron en el 2009. Primero se demolieron los tres espigones que estaban en ese lugar, y luego se montó el espigón.
(Imagen tomada de arquitecturacuba.com)
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