El camarógrafo y productor Brandon Smith, se encontraba en el noroeste de Uganda filmando un documental sin ánimo de lucro, cuando el director de una escuela le pidió que diera un espectáculo a los alumnos con el drone.
A los niños les encantó y pidieron más una vez que el drone aterrizó. Otros niños también se mostraron nerviosos, ya que nunca habían visto ni escuchado hablar de aviones no tripulados.
Brandon se convirtió rápidamente en una celebridad en el pueblo; los locales incluso hacían zumbidos cada vez que caminan junto a él en las calles.
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