Miami seduce e inquieta a la vez. El cuarto destino turístico más importante de Estados Unidos, (le anteceden Nueva York, Los Angeles y San Francisco) y segunda patria de todos los cubanos, es de los sitios más juzgados por las personas que lo visitan pero donde muchos han reconocido que en algún momento quisieran vivir. Basta dar una ojeada a las fotos que nuestros amigos comparten desde el "sunshine state" para comprender cuan sexys, cambiados, felices y libres los hace la experiencia miamense.
Basta dar una ojeada a las fotos que nuestros amigos comparten desde el "sunshine state" para comprender cuan sexys, cambiados, felices y libres los hace la experiencia miamense.
Que tiene entonces Miami que cautiva y aleja? Las playas, la gastronomía, el concurrido y famoso Miami Beach, las escandalosas rebajas de artículos de marca, el poseer una de las mayores concentraciones de edificios Art Deco mejor preservados que existen, la animada vida nocturna, entre otras, parecerían en primera instancia razones suficientes o determinantes para que millones de turistas se decidieran todos los años por el Estado del Sol. Sin embargo, Miami sigue siendo también la ciudad que impacta por el predominio de una estética de la opulencia y del exceso. La ciudad donde el deseo de "aparentar ser" marca enormemente la relación del hombre con su cuerpo y con las cosas. El pedazo de tierra americana donde un mosaico de razas y culturas latinas conviven ante la preponderancia de una fuerte presencia cubana. Miami es el fenómeno social que no podemos morirnos sin conocer.
Lo primero que impresiona a los visitantes es el canon de belleza de la ciudad. La silicona, en todo tipo de formatos y dimensiones se presenta para aplastarnos y asombrarnos a quienes estamos acostumbrados a otro tipo de armonía corporal. Senos inmensos y desproporcionados perturban y asaltan al caminante a toda hora en plena calle y hasta en las vidrieras, dejando claro que si en la vida es importante ver, más importante es ser visto. Mujeres imponentes que parecen vivir eternamente en un video clip de Jennifer López cautivan con sus largas y cuidadas melenas, sus ropas cortas, ajustadas, que marcan las curvas y dejan poco a la imaginación librando alguna que otra parte del cuerpo. Resultado probable de la influencia de las estrellas del mundo latino, del gran culto al cuerpo que hace de las playas verdaderos gimnasios al aire libre o de la mezcla de culturas de la zona "estar sexy" parece ser la máxima imperante en una ciudad donde la sensualidad va acompañada incluso de la acertada elección de un coche. Atrás queda la estética del recato y la sencillez que dictan las celebrities y las casas reales europeas. El más puro estilo entre glam y Diva se impone y se respira en la que para muchos podría ser la ciudad más superficial del mundo.
Y es ese Miami el que no deja indiferente a nadie, el del consumo desmedido, el de los coches de alta gama, el de las luces de neón, el de las dragqueens que sin recato amenizan las veladas en plena calle, el de los enormes cruceros que atracan en la bahía prometiendo las vacaciones soñadas, el del lujo que convive con balseros, movimientos anticastristas y reggaeton. El Miami donde Gloria Estefan es patrimonio cultural y Pitbull un hijo ilustre. El Miami donde dicen haber vivido una experiencia surrealista pero al que todos recomiendan volver y visitar porque lo que allí sí es auténtico son las libertades.
El Miami donde dicen haber vivido una experiencia surrealista pero al que todos recomiendan volver y visitar porque lo que allí sí es auténtico son las libertades.
Imagenes por:
Nancy M.
Phillip Pessar (https://www.flickr.com/photos/southbeachcars/)
Tom Wolf (https://www.flickr.com/photos/bongosphotographie/)
Vivi (https://www.flickr.com/photos/realchitect/)
bajo licencia Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by-nd/2.0/)
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