Paradójicamente, los grandes genios de la humanidad casi siempre han vivido o muerto en la más absoluta pobreza. En Cuba esto no ha sido la excepción. Tal es el caso de uno de los más trascendentales pintores de la Isla, aunque con apellido asiático, Wifredo Lam.
Wifredo Óscar de la Concepción Lam y Castilla nació en Sagua La Grande, provincia Las Villas, en el año 1902. Fue uno de los más destacados pintores vanguardistas cubanos y su obra se encuentra en importantes museos de arte del mundo.
La Jungla, es su obra cumbre. Fue realizada en 1942 y se encuentra en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Sin embargo, en gran contraste con el lujo allí reinante, esta pintura se concibió originalmente en papel craft para envolver, pues el artista no contaba con el dinero suficiente para comprar lienzos.
En 1943 era insólito ver la obra de un artista mestizo en la elitista colección del museo neoyorkino. La Jungla era percibida como la expresión de una condición afroamericana.
Tras emigrar de Cuba hacia los Estados Unidos, Lam tuvo que sufrir los efectos de la discriminación racial, desde las más humillantes y ordinarias formas hasta la marginación del grupo de artistas de Nueva York.
Cuando la soledad se le hizo insoportable Wifredo Lam partió hacia Europa. Allí encontró a un grupo de artistas daneses, holandeses y belgas que acogieron su obra con delirio.
Wifredo Lam murió en septiembre de 1982, en París. Actualmente la obra de este cubano está altamente valorada. Se le considera uno de los mayores aportadores a la plástica americana en la segunda mitad del siglo XX.
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