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Río Cristal da vergüenza

Antes de desmoronarse como una fortaleza medieval en una batalla perdida contra el abandono, su Castillito era una atracción infantil que suscitaba entre los que nacimos, crecimos y jugamos en los 70s entre sus torres, almenas y murallas, lo más parecido a una fantasía Disney.

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El deplorable estado de Río Cristal Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 7 años

Como muchos otros de la Habana, Río Cristal ya es un espacio solo entrañable desde la nostalgia. Quienes lo recordamos con su viejo esplendor preferimos seguir imaginándolo así, no con el actual.

Se ubica pasando el Acueducto de Vento, por el reparto Fontanar.

El recuerdo que mejor guardo de Río Cristal es tan imborrable como una mancha verde que las aguas de su piscina dejaron en mi trusa infantil y que no se cayó ni con jabón ni detergente, lo que ya hablaba de la calidad de sus aguas.

Su piscina era famosa por su mirador de cristal y su horario nocturno.

Río Cristal en la actualidad. Foto CiberCuba

Antes de desmoronarse como una fortaleza medieval en una batalla perdida contra el abandono, su Castillito era una atracción infantil que suscitaba entre los que nacimos, crecimos y jugamos en los 70s entre sus torres, almenas y murallas, lo más parecido a una fantasía Disney.

Río Cristal en la actualidad. Foto CiberCuba

Los adultos que nos llevaban allí recordarán mejor su restaurante campestre ―barracón de esclavos en el siglo XVIII y luego convento―, con comida buena, barata y desde donde se divisaba el cauce y cascada de un Almendares entonces caudaloso y limpio; su estupendo bar con mosaicos que graficaban en la pared pasajes del Quijote; sus salones de fiesta; el paseo por sus parques, a orillas del río o en botes; su pista de baile al aire libre.

Río Cristal en la actualidad. Foto CiberCuba

Y es que desde 1960 Río Cristal fue uno de los enclaves habaneros de ocio más visitados.

Pero todo eso cambió dramáticamente.

Río Cristal en la actualidad. Foto CiberCuba

No supo sobrevivir a la prolongada crisis que vive la Isla hace décadas.

Hoy únicamente retiene el esplendor de una ruina poderosa, como el de su antiguo restaurant, ahora deshecho y rodeado de escombros.

Río Cristal en la actualidad. Foto CiberCuba

Solo mantiene intacta la belleza de su entorno vegetal.

Río Cristal en la actualidad. Foto CiberCuba

Ni siquiera sus trabajadores creen que sus áreas desatendidas sean ya recuperables, entre ellas el río, depósito de aguas negras donde desembocan desagües industrias y albañales que despreocupadamente fluyen por el reparto Eléctrico y el municipio Arroyo Naranjo y que hace mucho es un permanente foco de infecciones.

Río Cristal en la actualidad. Foto CiberCuba

Su contaminación y suciedad han provocado ahogamientos y enfermedades epidérmicas a jóvenes que se bañan allí pues no pueden permitirse pagarse en moneda convertible la entrada y consumiciones de la piscina del local, por otro lado rodeada de basura y agua estancada, aunque eso no resulta un impedimento a que sea muy demandada todo el año.

Río Cristal en la actualidad. Foto CiberCuba

Hace más de un año radiociudadhabana.icrt.cu publicó sobre Río Cristal un artículo, con más visos de publicidad que de reportaje, y donde el director del centro aseguraba que de sus siete áreas originales cuatro brindaban aún servicios: Las Palmitas (restaurante con bar y parrillada), la piscina (mil 200 metros cúbicos de agua con cafetería, cocina, parrillada y lunch), el punto de venta de productos Fontanar (en moneda nacional) y el del Hospital Nacional (24 horas con ofertas en moneda convertible y peso cubano).

Sin embargo, las condiciones de las instalaciones de las que dan fe nuestras fotos, solo nos permiten garantizar el funcionamiento de la piscina, pese a sus condiciones igualmente deplorables.

Río Cristal en la actualidad. Foto CiberCuba

En nuestra memoria el acceso a Río Cristal seguirá siendo el mismo que le preferimos recordar sus antiguos visitantes, ese ancho y sombreado donde antaño se podía leer las letras de su nombre en color ladrillo pintadas sobre piedras blancas.

El Castillito y La Pasarela, como bellas durmientes, todavía esperan el beso de un príncipe que las despierte a una ansiada restauración que les devuelva a su vez la antigua capacidad de ilusionar a sus visitantes.

Río Cristal en la actualidad. Foto CiberCuba

Cuenta la leyenda que a Río Cristal tampoco le han faltado ‘príncipes’ inversores con ganas de ‘despertarlo’.

Algunos de sus trabajadores refieren que hace unos años un europeo, de remoto origen e identidad imprecisa, estuvo interesado en comprar Río Cristal.

Este hizo un cálculo del costo total de la inversión necesaria para su remodelación y se fue a su país para buscar financiación.

Río Cristal en la actualidad. Foto CiberCuba

Pero cuentan que el susodicho europeo al volver a Cuba para cerrar la compra, se encontró el lugar más saqueado que la última vez que lo había visto y más despojado de lo poco valioso que aún le quedaba, incluido inodoros.

Río Cristal en la actualidad. Foto CiberCuba

Vista la ruina que se aprecia en las fotos, el posible inversor canceló sus planes y partió.

Río Cristal en la actualidad. Foto CiberCuba

Desde entonces el lugar no cesa de ir a peor, si es posible que lo peor pueda empeorar.

Río Cristal en la actualidad. Foto CiberCuba

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