En el municipio Regla, en la puerta marina de la capital cubana, se encuentra el templo de la Virgen de Regla. En este lado de la bahía se puede disfrutar además de uno de los más hermosos paisajes habaneros, justo a los pies del Cristo de La Habana.
Regla, un municipio habanero de profunda devoción religiosa
Regla es el municipio de la capital cubana donde se concentra la actividad pesquera y portuaria. Entre sus moradores es conocida como “La Sierra Chiquita”, por las características topográficas de su ubicación.
Este terruño ultramarino es famoso por ser la cuna de Nuestra Señora de Regla. La virgen negra lleva en sus brazos a un niño blanco y es adorada por muchos cubanos. Se le asocian poderes sobre el mar. A su santuario acuden cada 7 de septiembre sus devotos para venerarla.
Esta comunidad conserva fuertes tradiciones que definen su identidad cultural. Entre ellas trasciende también la popular comparsa “Los Guaracheros de Regla”, una de las de mayor prestigio dentro de los carnavales habaneros.
Casablanca un pueblo que mira al mar
Colindante con Regla está Casablanca, un pueblecito de pescadores, donde hoy tiene su sede el Instituto de Meteorología de Cuba.
A Casablanca se puede acceder, igual que a Regla, tanto por carretera como cruzando la bahía en una de las vetustas lanchas que tienen su embarcadero en la Avenida del Puerto en la Habana Vieja.
Al decir de Alejo Carpentier, “Casablanca es el único lugar de La Habana en que aún puede hallarse una calma desterrada de la ciudad más ruidosa del mundo”. Si esto te pareciera poco para visitarla, hay una cosa más, el paisaje majestuoso desde el Cristo de La Habana.
El Cristo de La Habana es la mayor escultura al aire libre realizada por una mujer
El Cristo de La Habana es una obra colosal de la artista cubana Lilia Jilma Madera. Fue construida en Italia y se inauguró el 25 de diciembre de 1958. Su altura es de veinte metros, sobre la base que mide tres. Lo componen 67 piezas y pesa 320 toneladas.
La ubicación sobre una colina lo lleva hasta 51 metros sobre el nivel del mar, lo que le da una posición apreciable desde muchos puntos de la Habana Vieja. Igualmente, desde su base se puede disfrutar de una incomparable vista de la ciudad, así como la actividad de la bahía.
Nuestro Mesías se ubica de pie, con una mano puesta sobre su pecho y la otra en alto, con la vista hacia La Habana, como si bendijera a todos quienes la habitan o visitan.
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