Canciones infantiles cubanas acorraladas por el reguetón

Los niños cubanos de hace cuatro y cinco décadas se deleitaban con un singular cuarteto de títeres: “Los Yoyos”, personajes de un gustado programa infantil, también de títeres, llamado Tía Tata Cuenta Cuentos.

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Niñas en clase de baile Foto © Bananna / Deposit Photos

Este artículo es de hace 6 años

Los niños cubanos de hace cuatro y cinco décadas se deleitaban con un singular cuarteto de títeres: “Los Yoyos”, personajes de un gustado programa infantil, también de títeres, llamado Tía Tata Cuenta Cuentos.

El peculiar cuarteto “interpretaba” canciones infantiles muy populares que los niños tarareaban, y si no que nos diga cualquier cubano de ese tiempo que no recuerda la canción de la gatica Mini, cuyo estribillo rezaba “Mini, mini, mini, me llaman a mí, miau” o la de “doña Jicor, jicortiellar, se ha subido a la azotiellar y allí canta y taconiellar, doña jicor, jicortiellar”.

Muchos fueron los programas infantiles y las canciones creadas para los niños de la isla por la querida y aclamada maestra, pedagoga, compositora y cantante Teresita Fernández, la “Cantora Mayor” quien nos regaló, entre otras, a las inolvidables: El gatico vinagrito, Dame la mano y danzaremos y Tin, tin, la lluvia cayó con las que crecieron varias generaciones de cubanos.

Magníficos y valiosos ejemplos son los exitosos los discos Señor Arcoíris y Travesía Mágica de la aclamada cantante cubana Liuba María Hevia, basados en las canciones para niños creadas por la distinguida artista Ada Elba Pérez: entre las que resaltan las canciones Ana, la campana; El cangrejo Alejo, Adivina quién será, El trencito y la hormiga, Estela, granito de canela; Señor Arcoíris; El todo de papel y otras, todas muy hermosas.

También existen muchas foráneas como “La Vaca Lola”, “Elena, la Ballena”, las canciones de muchos clásicos infantiles de Hollywood como el “Rey León”, “La Bella y la Bestia”, “Mohana”, que suelen repetir los infantes fascinados por esos cautivadores filmes.

Sin embargo, a pesar de las incontables maravillosas canciones para niños que prestigian el panorama musical cubano y las que llegan gracias a toda la programación infantil que el mundo produce y se consumen en el país, no es esa música la que suena mayormente en muchas fiestas para niños.

El reguetón, todo lo tapa

En las escuelas primarias o secundarias, basta que se hable de bailar y oír música para que escuches con pesar a los niños pedir a toda voz que se ponga cualquiera de los últimos reguetones de moda, que dicho sea de paso están mucho más a la mano las de cualquier otro género, principalmente el infantil. Y lo más seguro es que te escandalices porque puede tratarse del tema más soez y vulgar que pueda concebirse y que los pequeños, sobre todo de primaria, con su habitual entusiasmo infantil los repitan a toda voz y bailen, tal y como le han visto hacer a los adultos, sin tener la menor idea de qué se trata y ¡lo peor! creyendo que eso normal.

Más de un video tomado en un centro de enseñanza primaria cubana, subido con “orgullo” por un padre que pretendía mostrar que los niños cubanos son la “candela bailando” ha causado revuelo, tristeza y gran preocupación en las redes sociales e internet, por el tipo de educación que están recibiendo los niños de La Mayor de las Antillas.

Pero no pasa solo en las escuelas. Sucede también en cumpleaños y fiestas infantiles, y a veces cuesta convencer a los niños de que oigan las canciones propias de ellos, porque “esa música no les gusta, es aburrida, para bobos”.

No puede negarse que las autoridades culturales están haciendo esfuerzos por acabar con los reguetones que promueven la vulgaridad, denigran a la mujer y alientan la violencia, la prostitución y otros males sociales. Es cierto que no se escuchan en los medios masivos de difusión.

Pero sí continúan en las calles, en las guaguas, en los almendrones, en los equipos que a todo volumen algunas personas portan por las calles para imponerle desconsideradamente su música al prójimo.

Pero más lamentable y alarmante es que, en su afán por imponerse, el reguetón más vulgar está utilizando otros códigos para significar lo mismo y lo más peligroso: está utilizando para ello canciones infantiles. Baste el ejemplo del “tema” creado a partir de los animados de Coralina, una dulce sirenita que es raptada por un pulpo y liberada por su mejor amigo, un cangrejito.

Para que tengas una idea de lo que está pasando, la canción infantil dice “Ella es coralina, tranquila y traviesa, su fiel cangrejito, siempre la acompaña, con un caballito de mar se pasea, ella es la alegría de estas aguas quietas”.

Mientras que el reguetón convierte a Coralina en una chica drogadicta a la que le gustan los “guapos” (individuos problemáticos) y que tiene sexo con cualquiera: “le gustan los guapos y cuando se 'prende' se tira a cualquiera”.

¿Acabará esto, algún día? ¿Qué más crees que debe hacerse?

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