- 2 panes bon o pan de gloria, o pancitos semidulces del día anterior
- 1 taza de azúcar
- ½ taza de agua
- 1 cascarita de limón
- 2 tazas de leche
- 2 cucharadas de azúcar
- 4 cucharadas de maizena
- 1 yema de huevo
- 1 cucharadita de vainilla
Para el almíbar
Para la natilla
Para esta receta utilice pan semi-dulce del día anterior. Córtelo en rebanadas de 2 cm de grosor aproximadamente.
En una cazuela mezcle azúcar y agua para el almíbar. Póngalo a fuego bajo y añada la cáscara de limón. Deje hervir hasta conseguir un almíbar denso. Puede usar anís si es de su agrado.
En otra cazuela ponga a calentar la leche y añada dos cucharadas de azúcar.
En un vaso disuelva la maicena en leche fría y añádale la cucharadita de vainilla y una yema de huevo. Bátalo bien y resérvela hasta que la leche en la cazuela vaya a hervir. En ese momento añada la preparación del vaso y remueva con una cuchara de madera hasta obtener una natilla densa.
En un molde de cristal coloque la mitad de la natilla.
Bañe las rebanadas de pan en el almíbar. Evite que se mojen demasiado para que no se deshagan. Colóquelas inclinadas unas sobre otras en el recipiente de la natilla. Cuando las acomode todas cúbralas con la otra parte de la natilla que queda en la cazuela. Espere a que se refresque y llévela al refrigerador hasta que esté fría.
Para decorar puede usar caramelo, como se hace con la Crema Catalana, o cubrirla con canutillos de chocolate, como en esta presentación. Corte las porciones y disfrute de este humilde pero delicioso postre.
Buen apetito!!