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“Todo se lo apuesto al hambre”, sentenció el actor y humorista cubano Ulises Toirac en una publicación en las redes sociales donde reflexionó con ironía y pesimismo sobre el futuro de Cuba.
En su publicación de Facebook, Toirac describió el ciclo vicioso que agrava la crisis económica y social del país: “No dinero / no combustible / no generación / no producción / no generación de riqueza / no dinero”.
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Según el humorista, romper este ciclo requeriría cambios estructurales en el modelo de producción y acceso a fuentes de financiamiento, algo que considera improbable debido al impago histórico de deudas y al embargo económico.
Sus palabras contrastan con el discurso oficialista liderado por Miguel Díaz-Canel, quien, durante una reciente visita a Cienfuegos, afirmó de manera optimista y jactanciosa que “Cuba saldrá adelante”.
En su mensaje, Toirac arremetió contra el eufemismo oficial “contingencia”, utilizado para describir la crisis energética, calificándolo como un intento de maquillar lo que define como un “descojonamiento energético”.
Criticó cómo la falta de combustible y el deterioro de las instalaciones eléctricas afectan la generación de energía, impactando fábricas, hogares y empresas.
También destacó las dificultades de las mipymes y otros sectores para operar bajo esquemas de pago electrónico en medio de apagones prolongados, señalando que estas medidas solo profundizan la parálisis económica.
Con su característico tono crítico, Toirac concluyó que el hambre lleva ventaja en una carrera contra las soluciones gubernamentales.
Su frase “Todo se lo apuesto al hambre” resuena como un reflejo de la desesperanza compartida por muchos cubanos ante una crisis que no encuentra salida y que evidencia, según el humorista, la falta de voluntad para implementar cambios reales y efectivos.
Toirac acompañó su publicación con dos imágenes cargadas de simbolismo que refuerzan su mensaje crítico sobre la situación en Cuba: en la primera, un gato observa de cerca a un ratón, una escena que podría interpretarse como una metáfora de la precariedad y el enfrentamiento desigual, donde el más pequeño o vulnerable está constantemente bajo amenaza, reflejando la lucha diaria por la supervivencia que enfrentan muchos cubanos.
La segunda imagen muestra a un trabajador eléctrico sonriente mientras realiza su labor en un entorno urbano visiblemente desgastado, un contraste entre la actitud optimista del individuo y el deterioro de la infraestructura que lo rodea, lo cual podría interpretarse como una representación de la resiliencia personal frente a las limitaciones.
Toirac, con su característico humor para retratar la realidad cubana, ha transformado sus redes sociales en una plataforma de denuncia y crítica en los últimos años.
Recientemente, ironizó sobre Cuba: "Todo sigue marchando como lo prometió Murillo todo gordo y su reloj de millonario"
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