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En el último mes, Cuba ha enfrentado un escenario devastador con el paso de dos ciclones, dos sismos de magnitud considerable y dos apagones totales, lo que ha agravado aún más la ya crítica situación económica, alimentaria y energética de la isla.
En respuesta, una ola de ayuda humanitaria internacional ha comenzado a llegar desde diferentes rincones del mundo, resumió la agencia EFE.
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Gobiernos como los de México, Japón, Rusia y Venezuela, así como organismos multilaterales y organizaciones no gubernamentales, han anunciado importantes donaciones para aliviar las necesidades más urgentes del país, cuya población se encuentra al borde de la desesperación con poblados que llevan hasta 11 días sin electricidad.
La Unión Europea y Naciones Unidas enviaron 94 toneladas de medicamentos e insumos médicos, mientras que Venezuela comprometió 300 toneladas de ayuda.
España aportó nueve toneladas, Japón destinó materiales valorados en 160.000 dólares y Noruega canalizó 600.000 dólares a través del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia de la ONU.
Asimismo, Eslovaquia envió 40 toneladas de leche en polvo mediante el Programa Mundial de Alimentos.
Por su parte, China envió asistencia humanitaria y a Liu Junfeng, vicepresidente de la Agencia Nacional de Cooperación Internacional para el Desarrollo (CIDCA), quien sostuvo encuentros con el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel y otras autoridades.
Entre las ONG, la Cruz Roja Internacional destacó con 24 toneladas de ayuda, y colectivos de solidaridad con Cuba desde el extranjero han realizado contribuciones significativas.
Ante la severidad de los apagones, también varios países han incluido el suministro energético en sus donaciones.
México, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum, envió 400.000 barriles de crudo, mientras que Rusia comprometió 80.000 toneladas de diésel y equipos para el sistema eléctrico cubano valorados en 62 millones de dólares.
Por su parte, China se comprometió a cooperar en el ámbito energético y alimentario, según declaraciones oficiales tras la visita del vicepresidente de CIDCA.
Expertos consultados por EFE coincidieron en que estos desastres naturales y cortes de energía han exacerbado problemas estructurales de larga data en la isla.
Además de las recientes calamidades, Cuba enfrenta una combinación de factores adversos, como el impacto de la pandemia, sanciones externas y las consecuencias de sus frecuentes políticas económicas internas fallidas.
En medio de esta situación, el Gobierno cubano proyecta una nueva contracción del PIB, tras registrar una caída del 1,9 % en 2023.
En ese contexto, se han exacerbado las denuncias de familias que aseguran llevan semanas en apagón, sin acceso a los alimentos y carentes de agua potable.
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