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Tras diez días en huelga de hambre por la negación de las autoridades de una prisión cubana de otorgarle una entrevista, el deterioro físico del profesor Pedro Albert Sánchez empieza a preocupar a los activistas cubanos y familiares que han planteado varios escenarios en caso de que este hecho escale a un peldaño más trágico.
“En la prisión Pedro se ha agravado, entonces nosotros no queremos un cadáver de Pedro, nosotros queremos a Pedro como mismo lo secuestraron”, dijo en una transmisión en vivo por Facebook su esposa Ana Elvis Amaya Leyva.
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La mujer explicó que ella había ido a la prisión de 1580, ubicada en San Miguel del Padrón, donde le dijeron que “Pedro decidió no comer por la situación de que él quiere hablar, él quiere dialogar con el régimen y le han dado la espalda”.
Amaya Leyva comentó que la familia ha decidido que en el caso que el régimen no le entregue a Pedro como lo detuvieron, entonces que el cuerpo se lo queden ellos. “Se quedarán con el cuerpo porque sus ideales están con nosotros”, apuntó.
“A la familia le duele, pero Pedro decidió eso, y cuidado con ponerle un suero, porque ella (la oficial que lo atiende) me dice que, en el caso de que él esté mal, ellos lo llevan para el médico y le ponen un suero, y yo les digo que cuidado con ponerle algo a Pedro, porque ya yo no voy a decir que fue una muerte natural, aunque lo están matando lentamente. Si Pedro muere en la prisión, la culpa es de ustedes”, había advertido antes la esposa a Martí Noticias.
La académica Alina Bárbara López Hernández también ha unido su voz a los reclamos por el delicado estado de salud del profesor Albert Sánchez.
En enero de 2023 el profesor cubano fue condenado a cinco años de limitación de libertad por el Tribunal Municipal Popular de Diez de Octubre. La sentencia se debe a su participación en las protestas del 11 de julio de 2021.
Albert Sánchez fue acusado de supuestos delitos de desorden público y desacato, a “cinco años de privación de libertad, sustituida por limitación de libertad en igual período”.
Sin embargo, fue detenido por la Seguridad del Estado en noviembre, durante la visita a Cuba del relator para Derechos Humanos de la Unión Europea, Eamon Gilmore. En esa ocasión el preso político y paciente de cáncer también fue aislado, momento en el que decidió declararse en huelga de hambre.
En la jornada por el Día de los Padres en Cuba, su hijo, Pedro Antonio Albert, denunció que el régimen de la isla está dejando morir a su padre al negarle el acceso a atención médica y medicinas.
Pedro Antonio decidió "realizar una denuncia formal" para que el mundo conozca que el preso político internado en la cárcel 1580, en San Miguel del Padrón, es víctima de la decisión de la Seguridad de Estado de asesinarlo, "negándole todo tipo de atención médica y los medicamentos que él necesita debido a su condición delicada de salud por todas las torturas y maltratos que ha recibido allí".
Amnistía Internacional declaró preso de conciencia al profesor e instó al mandatario Miguel Díaz-Canel a ponerlo en libertad “de forma inmediata e incondicional”.
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